Locales cerrados, mascarillas agotadas y vecinos que se marchan por el incendio

Muchos vecinos con niños pequeños o con personas mayores a cargo han optado por dejar sus viviendas y otras urbanizaciones han sido evacuadas.

Algunos vecinos cercanos al incendio del cementerio de neumáticos localizado entre Valdemoro (Madrid) y Seseña (Toledo) han dejado voluntariamente sus casas unos días ante la proximidad del humo, que ha hecho que muchos locales echaran el cierre y que se agotasen las mascarillas en farmacias y ferreterías.


Muchos vecinos con niños pequeños o con personas mayores a cargo han optado por dejar sus viviendas durante el fin de semana después de pasar la madrugada y la mañana pendientes de la inmensa nube de humo procedente del fuego del vertedero, contra el que luchaban 16 dotaciones de bomberos de la Comunidad de Madrid y de Castilla-La Mancha.


Y es que la posibilidad de que la lluvia prevista para esta tarde hiciera descender las partículas de la nube de humo ha despertado la inquietud de muchos habitantes de la zona, que han decidido pasar el fin de semana en casa de familiares.


Uno de los conserjes de la comunidad de vecinos ha explicado que la Guardia Civil y otros cuerpos de seguridad han informado de que durante el fin de semana se reforzarán las patrullas de vigilancia "para evitar que se produzcan robos mientras las familias están fuera de sus casas".


Los que han decidido quedarse se han provisto de mascarillas para salir a la calle, y tanto es así que, las farmacias y ferreterías de la zona se han quedado sin existencias, y muchos vecinos del residencial han tenido que desplazarse hasta Valdemoro para comprarlas.


Asimismo, el colegio y muchos establecimientos comerciales han echado el cierre. El inicio del fin de semana ha motivado que a partir del mediodía muchos curiosos se desplazaran hasta la zona del incendio, donde trabajaban tres helicópteros, una avioneta y una decena de dotaciones de bomberos, además de efectivos de Protección Civil y Policía.


Entretanto, los vecinos lamentaban que se haya producido "una catástrofe" que "era previsible", como afirma Miguel, residente en las inmediaciones.


El cementerio de neumáticos lleva veinte años instalado en la zona, y sin embargo, según ha comentado a Efe otro de los vecinos, "hasta 2014 no se instalaron hidrantes de agua, y justo antes de las elecciones municipales empezaron a retirar ruedas, aunque durante poco tiempo".


Algunos vecinos de esta urbanización, donde residen unas 10.000 personas, coinciden en el diagnóstico de que el conflicto de competencias entre las comunidades de Madrid y de Castilla-La Mancha ha ralentizado la destrucción de los neumáticos.

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