El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ha advertido  de las amenazas de "la antipolítica" de algunos nuevos partidos, pues suponen una suerte de "degeneración" contra la que hay que luchar desde "la regeneración" y la estabilidad, los valores con los que pretende repetir mandato en Galicia.

La "antipolítica" para Feijóo es, en esencia, "fórmulas que se presentan como nuevas" y que se caracterizan no tanto por su "radicalismo o ánimo provocador" como por su "miedo a gobernar".

Según ha explicado en Madrid, adonde ha acudido para dar una conferencia en 'La Tribuna Autonómica' del diario El Mundo, esas novedosas marcas políticas ofrecen también como enseñas "proyectos de culto al ego, simulacros de democracia directa y esquivar responsabilidades mediante la creación de cortinas de humo".

"Hacen de la política -ha continuado- una coctelera de agitación permanente, y lo trágico es que no saben hacer otra cosa" los líderes de tales fórmulas nuevas, que ha descrito como "chamanes" de "palabras grandilocuentes pero vacías" cuya jornada laboral básicamente se reduce a "dos tuit por la mañana y una tertulia por la tarde".

Sin concretar siglas de partidos o nombres de líderes, el presidente de la Xunta ha recalcado que esta nueva política se ensalza, además, por haber llevado el plató de televisión a los parlamentos y otras instituciones, lo que en definitiva esconde su "miedo a gobernar", o lo que es lo mismo, su estrategia de sustituir "la gestión por la provocación".

Cada detalle que ha mencionado, cada atributo, forman para Feijóo una "degeneración" que ha denominado "la antipolítica".

Y porque considera que debe combatirla, y porque "a los gallegos" debe su trayectoria política y ser quien es, el actual presidente ha decidido aspirar a una tercera mayoría absoluta en la Xunta.

Lo ha resumido así: "Si creyera que ésa es hoy la única política posible, me hubiera apartado, pero Galicia inspira, pertenezco a un pueblo que no comparte esos criterios; no somos gentes de políticas vagas. Hemos crecido paso a paso, huyendo de precipicios que nos llevan al vacío".

Durante la conferencia, ha explicado cómo considera que debe afrontar unas elecciones gallegas que, según ha dejado entrever, no piensa adelantar, toda vez que a su Gobierno "le quedan muchas cosas por hacer" y su principal valor político es la "estabilidad".

Precisamente es la estabilidad una de las cualidades que pretende abanderar para ser presidente de la Xunta por tercera vez.

La estabilidad y "la regeneración", porque él seguirá defendiendo "objetivos realistas" para los gallegos, así como una visión política moderada y un modelo de control presupuestario basado en la inversión social y en la atracción de la inversión empresarial.

En definitiva, continuar con "la gestión responsable" y el "galleguismo reformista" que han situado a la comunidad en posiciones de liderazgo en creación de empleo y de crecimiento, y todo ello cumpliendo el déficit establecido.

Por ello, ha aprovechado la ocasión para reclamar al Ministerio de Hacienda "estímulos" a las comunidades que, como Galicia, no se han desviado de la estabilidad presupuestaria.

En presencia de la vicepresidenta en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría, y de tres ministros, Rafael Catalá (Justicia), Ana Pastor (Fomento) y Fátima Báñez (Empleo), así como de altos dirigentes del PP, el presidente de la Xunta ha hablado, y mucho, del panorama político nacional, al que le quedan más de diez días para terminar en nuevo gobierno o en repetición de elecciones.

Ha criticado al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, por ser el primer caso en la historia española de aspirar a ser presidente con el peor resultado electoral de su partido, y si bien ha considerado como opción "más probable" unos nuevos comicios, ha dicho que hay que esperar "hasta el último minuto, conociendo al personaje".

De Ciudadanos ha criticado su falta de organización y de cuadros dirigentes, y de que den la impresión de alejarse de la gente salvo si es su presidente, Albert Rivera, el que está en liza.

En cambio, ha defendido al presidente en funciones, Mariano Rajoy, porque ha tildado de "ilógico", "esquizofrénico" y "antidemocrático" que se quiera apartarlo a pesar de haber ganado el 20-D con los votos de más de 7 millones de personas.

Y a pesar de los muchos "errores" y de los casos de corrupción, ha subrayado que el PP es el partido del que "se fían los españoles", hasta el punto de que, cara a unos nuevos comicios, es hoy "la referencia única" del voto útil en España.