​Un mando de la Policía niega que el marido de la asesina de Carrasco dijera que fue engañada

El marido dijo que las habían "engañado como a chinas" para forzar su declaración.

Montserrat González durante el juicio.
Montserrat González asegura que no se arrepiente de haber matado a Isabel Carrasco
Efe

El coordinador del Policía Judicial de León ha asegurado que nunca escuchó al marido y padre de dos de las acusadas por el asesinato de Isabel Carrasco decir que habían sido engañadas en las horas posteriores a su detención para forzar una declaración.


Este agente, que ha declarado como testigo en el juicio por este asesinato que se celebra en la Audiencia de León, ha explicado que conoce al inspector jefe Pablo Antonio Martínez, marido y padre de Montserrat González y Triana Martínez, respectivamente, y que en el momento de los hechos estaba al frente de la comisaría de Astorga (León).


Pablo Antonio Martínez declaró el pasado jueves ante el tribunal que su mujer y su hija fueron "engañadas" tras su detención para forzar una declaración, y cuestionó los métodos seguidos por los dos policías llegados a León al día siguiente del crimen desde la comisaría de Burgos para dirigir la investigación por orden del jefe superior de Policía de Castilla y León.


Según explicó, fue el primer abogado que representó a su mujer y e hija, Fernando Cornejo, amigo personal suyo, quien le alertó de que el procedimiento seguido en Comisaría estaba plagado de irregularidades y que las habían "engañado como a chinas" para forzar su declaración.


El coordinador de la Policía Judicial de León ha precisado que en ningún momento su colega le hizo llegar sus críticas por el desarrollo de la investigación, de la que dijo que había seguido los cauces habituales para un caso de tanta gravedad y que levantó tanta expectación.


La defensa de Montserrat y Triana sostiene que ambos policías les ofrecieron un pacto si declaraban que la primera había entregado un bolso con el arma homicida a su hija en un pasadizo para que la hiciera desaparecer.


Según explicó Montserrat González ante el tribunal le prometieron que si firmaba esa declaración su hija quedaría libre ese mismo día.


Aunque inicialmente firmó esa declaración en Comisaría, día después la cambió ante la jueza instructora y precisó que había arrojado el bolso con el arma a la rampa de un garaje nada más abandonar la pasarela peatonal sobre el río Bernesga en la que mató a Isabel Carrasco.


Triana explicó que recogió el bolso al ver al su madre tirarlo porque tuvo la intuición de que podría haber hecho algo malo con la pistola reglamentaria de su padre.


Por otra parte, el coordinador de la Policía Judicial de León ha explicado que fue la tercera acusada por este crimen, la policía local Raquel Gago, quien se puso en contacto con un amigo policía nacional cuando encontró el arma homicida en su coche, supuestamente sin saber como había llegado hasta allí, y que por ese motivo se personaron en su domicilio.


Ha sostenido que en el atestado no conste el nombre de todas las personas que estuvieron presentes porque no se trató de un registró "al uso" para justificar que no aparecieran los dos policías de Burgos, que aunque si estuvieron lo negaron ante la jueza instructora.


Estos agentes explicaron que lo hicieron para no desprestigiar el trabajo realizado por sus compañeros de León, ya que no les habían incluido en el atestado.


También ha explicado que tuvo conocimiento de que se permitió que madre e hija se viesen en Comisaría al día siguiente de su detención y ha defendido que esa decisión no contraviene ningún protocolo de actuación policial.


En la sesión inaugural del juicio, el 19 de enero, Montserrat González declaró que ella era la única responsable de la muerte de Isabel Carrasco, y explicó que lo hizo movida por el odio debido a que la dirigente del PP llevaba años haciendo la vida imposible a su hija, y exculpó a las otras dos acusadas.

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