Viñals niega que diera por fallecidas a las tres chicas del Madrid Arena

El responsable del equipo médico asegura que intentó reanimarlas al creer que estaban en parada cardiorrespiratoria.

El exconcejal del PP y responsable del equipo médico contratado en la tragedia del Madrid Arena, Simón Viñals, ha negado que diera por fallecidas a las tres chicas que entraron en la enfermería, sino que las diagnóstico "parada cardiorrespiratoria de difícil recuperación".


Viñals, de 80 años, ha declarado en el juicio del Madrid Arena que se celebra estos días en la Audiencia Provincial de Madrid, aunque ha anunciado que sólo responderá a las preguntas de la Fiscalía y de su defensa.


El fiscal afirma que al atender a tres de las menores víctimas de los hechos ni él ni su hijo Carlos, que declara tras su padre, "fueron capaces de reconocer que", al menos dos de ellas, estaban en parada cardiorrespiratoria y "enseguida diagnosticaron erróneamente que estaban fallecidas".


No obstante, Viñals ha destacado que no se expresó adecuadamente cuando en fase de instrucción dio por fallecidas a las tres chicas porque "es absurdo decir que una persona esta fallecida e iniciar maniobras de reanimación". "Mi instrucción en voz alta fue masaje cardiaco ininterrumpido", ha dicho.


"Es evidente que ese fue mi diagnóstico porque si no hubiera sido incongruente hacer maniobras de resucitación", ha precisado.


Viñals ha explicado que a las cuatro de la mañana un grupo de personas trajo primero a Cristina Arce y casi simultáneamente a Rocio Oña y que, cuando él iba salió a avisar que necesitaba "recursos del Samur", entró también la tercera joven Katia Esteban, momento en que escuchó decir a alguien que el Samur ya había sido avisado.


Ha querido dejar claro que nada más llegar las dos primeras chicas, las diagnosticó parada cardiorrespiratoria de difícil recuperación y se puso inmediatamente a practicar maniobras de reanimación, él a Cristina y su hijo Carlos a Rocío.


"Empezamos a hacer lo que recomienda la Sociedad Americana del Corazón (AJA) que es masaje cardiaco ininterrumpido y al cabo de un minuto intento salir cerca de la puerta a avisar que necesito recursos del Samur, no lo consigo, dejando a Rodrigo (un técnico de ambulancia) haciendo masaje cardiaco a Cristina, pero en ese momento entran los que traen a Katia", ha explicado. También la hizo el mismo diagnóstico.


Acto seguido, ha continuado, "pedí a Rodrigo el desfibrilador que estaba en la UVI móvil -él único de que disponía- y regresó en 44 segundos". "Entonces yo empiezo a desfibrilar a Cristina, cuando completo los ciclos se lo paso a Carlos que desfibrila a Rocío y luego intenta hacer lo mismo con Katia".


Pero con Katia, ha seguido, no pudieron practicarle descarga alguna porque no tenía el ritmo necesario ya que, ha dicho, "sólo en determinadas paradas se puede reanimar, en otras no". A Cristina y Roció las aplicó tres descargas de tres dosis de energía distintas.


Ha manifestado que estuvo reanimándolas durante quince minutos hasta que llegó el Samur y que a las tres víctimas las aplicó tres inyecciones de adrenalina.


El acusado ha señalado que la primera unidad del Samur llegó a las 04.15 pero nadie hizo desfibrilación alguna. "No recuerdo que el Samur hiciera desfibrilaciones y creo que no las hizo", ha aseverado cuando "al menos hay que continuar con ellas treinta minutos".


"Sólo utilizamos nosotros 15 minutos y se hace una transferencia al Samur para que continúen ellos", ha matizado.


Ahora bien, ha dicho, "el medico del Samur sólo se acerca a las víctimas, simplemente las observa, sale inmediatamente y tarda un minuto en volver con su técnico. Un minuto parece muy poco pero cuando uno está esperando y anhelando la parada del Samur es muy largo".


Ha destacado que hasta que llega la UVI móvil del Samur, a las 04.19, él permaneció junto a su hijo Carlos realizando maniobras de reanimación a las tres chicas. A partir de ese momento, el Samur asumió la atención.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión