Y la mitad del Parlament aplaudió, mientras la otra se quedó en silencio

este pleno ha sido como ninguno hasta la fecha en la historia de Cataluña.la nueva Cámara sitúa a independentistas de Junts pel Sí y la CUP a la izquierda, mientras que C's, PSC, SíQueEsPot y PPC, contrarios a la independencia.

Cuando Carme Forcadell, la nueva presidenta del Parlament, acabó su discurso de inicio de legislatura con un "¡Viva la República catalana!", la mitad izquierda del hemiciclo, la independentista, arrancó a aplaudir en pie mientras la otra mitad se quedaba sentada en silencio, metáfora de una evidente división.


En los libros oficiales, el pleno constitutivo de la undécima legislatura quedará registrado como uno de tantos otros anteriores. Una sesión presidida por la mesa de edad, con el diputado más mayor y los dos más jóvenes, que sirvió para elegir una nueva presidenta y una nueva Mesa, y en el que 135 diputados electos juraron su cargo.


Pero, en realidad, este pleno ha sido como ninguno hasta la fecha en la historia de Cataluña. Rebosante de metáforas, momentos histriónicos, detalles inesperados, situaciones poco habituales y, en el fondo, la sensación de que esta legislatura será de todo menos normal. Una crónica perfecta del momento que vive Cataluña.


La imagen más simbólica, seguramente la fotografía más exacta del contexto actual, la dibujaba un hemiciclo perfectamente partido entre favorables y contrarios a la independencia, como una tarta de sabores antagónicos, de mezcla imposible en tiempos de plebiscito.


Si tradicionalmente el eje derecha-izquierda primaba para distribuir a los grupos, la nueva Cámara sitúa a independentistas de Junts pel Sí y la CUP a la izquierda, mientras que C's, PSC, SíQueEsPot y PPC, contrarios a la independencia, quedan agrupados a la derecha. También Artur Mas, hasta ahora sentado en la bancada derecha, hoy se sentaba en el lado opuesto.


Por ello, cuando Forcadell ha dado por "cerrada la etapa autonómica" y ha exclamado un "¡Viva la República catalana!", la mitad del hemiciclo se ha puesto en pie con una ovación, mientras la otra mitad permanecía sentada con caras de circunstancias.


Forcadell, camino de su nuevo puesto, se abría paso entre abrazos de sus compañeros de grupo, el más largo con Artur Mas, que le ha dicho unas palabras al oído. También sentido ha sido el que se ha dado con Núria De Gispert, su predecesora, en el exterior del edificio, para simbolizar el traspaso de poderes en el cargo.


Pero la división del Parlament se había reproducido también al inicio de la sesión, cuando Julià de Jòdar (CUP), presidente de la mesa de edad -que ha sufrido un mareo y ha tenido que pedir un vaso de agua con azúcar-, daba arranque a la legislatura con un discurso de carácter político que concluía con "Visca la Terra", ovacionado también por unos, ignorado de la misma forma pétrea por los otros.

Y si bien todos los diputados se han alzado de sus escaños para cantar 'Els Segadors', los de C's y PPC no han cantado el himno, una imagen alejada de la CUP, que lo hacía con el puño bien en alto.


Más generalizados han sido los 'selfis' al inicio del pleno, como el de Raül Romeva, Forcadell, Oriol Junqueras y Marta Rovira, mientras el socialista Òscar Ordeig lo hacía desde la otra punta del hemiciclo. Desde la tribuna miraban la escena los expresidentes de la Cámara De Gispert, Joan Rigol y Ernest Benach y el expresident José Montilla. También Albert Rivera, que casi se queda fuera al no llevar invitación, situación rápidamente solucionada por protocolo.


Un protocolo, por cierto, en el que conviven desde los modernos trajes de Romeva al gorro de lana de Lluís Llach. O los impolutos guantes blancos de los ujieres frente a las reivindicativas camisetas de la CUP, hoy superadas claramente por el irónico lema "Catalunya Sí que Spock" que exhibía Joan Giner (SíQueEsPot).

Julià de Jódar lucía un elegante pañuelo color vino tinto, mientras que Eduardo Reyes o Antonio Baños (CUP) preferían un aspecto más 'vintage', con traje y chaleco.


Carlos Castillo (PSC) llevaba en la solapa una pequeña bandera republicana. Y las bromas se sucedían por la similitud de las americanas de Forcadell e Inés Arrimadas.


Ambas, que se estrenan como presidenta del Parlament y jefa de la oposición, respectivamente, han sido dos de las protagonistas más buscadas en unos pasillos que supuraban expectación y que ya una hora antes del inicio del pleno estaban repletos de periodistas y cámaras a la caza de nuevos parlamentarios, codazos mediante. "Parece la zona mixta del Camp Nou", bromeaba un apurado reportero.


Artur Mas era de los primeros en llegar, a las 9:35 horas, saludado por una veintena de Mossos d'Esquadra con uniforme de gala a la entrada del edificio. "¿Dónde está la sala de fotografías?", preguntaba el presidente catalán en funciones, tan desorientado entre la marabunta de focos como la mayoría de diputados en búsqueda de la sala donde debían tomarse la fotografía oficial.

Mas, precisamente, ha sido el protagonista de otro momento algo 'surrealista' cuando su nombre ha sido propuesto por un diputado -en voto secreto- para ser secretario de la Mesa. La ocurrencia ha provocado comentarios y risas en el hemiciclo. Incluida la suya, a la espera de si finalmente resulta o no investido president.

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