La Audiencia Nacional rechaza excarcelar al etarra enfermo
Ibon Iparagirre, quien se niega a tomar la mediación, cumple condena por la explosión de un coche bomba en Ondarroa en septiembre de 2008.
La Audiencia Nacional ha rechazado excarcelar al etarra enfermo de sida Ibon Iparagirre, que cumple condena por la explosión de un coche bomba en Ondarroa (Vizcaya) ocurrido en septiembre de 2008 y que, según recuerda el tribunal, se niega a medicarse de su enfermedad.
La defensa de Iparagirre interpuso un recurso ante la Sala de lo Penal de la Audiencia a la negativa del juez de vigilancia penitenciaria de liberarlo, pero el tribunal lo rechaza ahora y confirma su obligación de cumplir la pena a pesar de su dolencia, según han informado a EFE fuentes jurídicas
Iparagirre fue detenido en marzo de 2014 en la localidad vizcaína de Gizaburuaga para cumplir su condena pendiente de 299 años de cárcel, impuesta por la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional por la explosión del coche bomba y que fue confirmada por el Tribunal Supremo.
En ese momento estaba en libertad provisional debido a su enfermedad -está condenado por otros delitos-, pero cuando el Supremo confirmó la sentencia por el atentado de Ondarroa, la Audiencia Nacional ordenó su detención atendiendo a la elevada cuantía de la pena y la gravedad de los delitos.
Desde que ingresó en la cárcel, el etarra se había mantenido médicamente estable gracias al tratamiento con retrovirales, destacaba el juez de vigilancia penitenciaria cuando rechazó su excarcelación.
El juez afirmaba entonces que el etarra evolucionaría de esa manera en el caso de que no abandonara voluntariamente la medicación, tal y como ha hecho para aplicarse otros tratamientos alternativos, los cuales por el momento no han agravado la enfermedad.
Además, indicaba que durante su estancia en prisión Iparagirre "ha mostrado una adhesión plena a los postulados de la organización armada ETA y de apoyo a la actividad terrorista" y "no ha realizado autocrítica ni muestra arrepentimiento", por lo que consideraba "alto" su pronóstico de reincidencia.
El etarra ya había sido condenado anteriormente por otros delitos, como la colocación de un artefacto explosivo en la sede del PSE de Elgoibar.
