La familia del fallecido exbatería de Los Piratas niega que maltratara a su mujer

Javier Fernández supuestamente intentó agredir a uno de los guardias cuando le dispararon.

La Guardia Civil ha abierto una información reservada sobre el agente que ayer disparó en Ponteareas (Pontevedra) contra el batería del grupo de rock Los Piratas
La Guardia Civil ha abierto una información reservada sobre el agente que ayer disparó en Ponteareas (Pontevedra) contra el batería del grupo de rock Los Piratas
Efe

La familia de Javier Fernández, el hombre fallecido este miércoles en Ponteareas (Pontevedra) por un disparo de un guardia civil, ha asegurado este jueves que no era un maltratador, sino que sufría un trastorno bipolar, y que pedirá responsabilidades "contra todas las personas que han actuado erróneamente".


Fernández era un conocido músico vigués, batería del grupo de rock Los Piratas, disuelto a mediados de la década pasada, y su muerte ha generado un gran revuelo en la pequeña parroquia de Guláns, en Ponteareas, y también en las redes sociales.


Según fuentes de la investigación, una patrulla de la Guardia Civil acudió este miércoles al domicilio de Javier Fernández alertada por una llamada por violencia machista y se encontró en el camino a una mujer que decía que su marido la había agredido, que estaba muy nervioso y que tenía a su bebé.


Antes de entrar en la casa, la pareja de agentes se cruzó con una mujer, según las mismas fuentes, que tenía al bebé en brazos y que decía que se lo habían arrebatado al presunto agresor, que estaba muy nervioso en el interior de la vivienda.


Una vez en el interior de la casa, los agentes intentaron tranquilizar a Fernández, con el que dialogaron y que seguía alterado. El ahora fallecido fue a la cocina, seguido por un agente, quien, según las fuentes de la investigación, fue agredido con un cuchillo en el rostro.


Ante el segundo intento de agresión, el otro guardia civil disparó a Fernández hiriéndole en el abdomen para evitar, según las mismas fuentes, que dañara a otras personas que se encontraban en la casa. Posteriormente, el presunto agresor falleció en el hospital.


Este jueves por la mañana, primero Andrea Montes, mujer de Javier Fernández, a través de las redes sociales, y posteriormente su madre y el abogado de la familia, en declaraciones a los medios, han cuestionado esta versión y han defendido que "Hal", apodo por el que era conocido, no era un maltratador.


Además, también han criticado que el psiquiatra que tratado al ahora fallecido le hubiese retirado la medicación pese a la petición contraria de la familia.

"Hubo tensión pero no agresión", sostiene Andrea Montes en su nota en las redes sociales, en la que asegura que su esposo "fue también víctima de una mala práctica que desencadenó este terrible final".


También Ángeles Arias, madre de Andrea y suegra de Javier, ha negado que su yerno fuese un maltratador y ha contado su versión de los hechos.

"Mi hija llamó a los amigos para que lo vinieran a tranquilizar y luego salió con el niño fuera. Él estaba fuera de casa, desnudo y la guardia civil lo hizo entrar, no sé por qué razón", ha continuado.


"Al verse acorralado me imagino que se pondría nervioso y cogió un cuchillito. Esto le costó la vida, para nosotros es un error porque la Guardia Civil estaba avisada de que era un enfermo y tenían que actuar con otros métodos", ha afirmado.


En cuanto a si su yerno llegó a agredir a su hija ha reconocido que "le dio un bofetón. No tiene excusa", si bien fue "la primera vez en diez años que se vivía un episodio así", en alusión a la enfermedad del ahora fallecido.


Gerardo Gayoso, abogado de la familia, ha revelado que su clienta, a la que acompañó a declarar ante la Guardia Civil, rehusó hacerlo por no tener acceso al atestado y por "la insistencia en que presentase una denuncia" contra su difunto marido por violencia machista.


Según ha indicado, la mujer transmitió a los agentes que no iba a interponer ninguna denuncia "porque no había caso de violencia de género", si bien mostró su colaboración para esclarecer los hechos.


"A título personal, me pareció que la Guardia Civil tenía interés en que fuese un caso de violencia de género", ha afirmado el abogado.


Está previsto que tanto la mujer como un amigo del fallecido, testigo de los hechos, presten declaración ante el juzgado número dos de Ponteareas en los próximos días.


Fuentes de la Guardia Civil han informado este jueves que el instituto armado ha abierto una información reservada sobre el agente que disparó, y que este procedimiento se inicia siempre que ocurre un caso de estas características, sean cual sean las circunstancias e independientemente de las actuaciones judiciales.


Además, la Unión de Guardias Civiles (UniónGC) ha exigido que no se hagan juicios paralelos.

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