​Javier Fernández busca la pujanza para una Asturias que deja atrás la crisis

Ha tomado posesión del cargo delante de Ana Pastor y Pedro Sánchez.

Javier Fernández fotografiado en la noche electoral
Javier Fernández fotografiado en la noche electoral
Afp

El presidente del Principado, Javier Fernández, centrará sus esfuerzos esta legislatura en conseguir "pujanza económica, fortaleza social y regeneración democrática" en una región que "ha podido con lo peor de la crisis" y que es capaz de iniciar ya la recuperación económica.


Fernández (Mieres, 1948), séptimo presidente de la historia del Principado, ha tomado este sábado posesión de su cargo en un acto que se ha celebrado en el Parlamento regional en presencia de la ministra de Fomento, Ana Pastor, en representación del Gobierno central, y del líder del PSOE, Pedro Sánchez, entre cientos de invitados.


A las puertas del Principado, medio centenar de integrantes de la Asamblea de Trabajadores en Lucha, que reúne a colectivos afectados por cierres de empresas o ajustes de empleo, había abucheado su entrada.


Ésta es la segunda y última legislatura que gobernará Fernández en Asturias, última comunidad autónoma en nombrar a su presidente de todas cuantas celebraron elecciones autonómicas el pasado 24 de mayo.


Dos meses y un día ha tardado Fernández en renovar su cargo, ante las dificultades surgidas para tratar de conseguir una mayoría suficiente que permitiese su investidura, dada la fragmentación de la Cámara regional, formada por seis grupos parlamentarios: PSOE (14 diputados), PP, (11), Podemos (9), IU (5), Foro (3) y Ciudadanos (3).


Fernández no cerró hasta la semana pasada un acuerdo de investidura con IU, que incluye la puesta en marcha inmediata de un plan de rescate social y el compromiso de reforma de la ley electoral asturiana, pero que no garantiza estabilidad a un Ejecutivo que Fernández anunciará en los próximos días.


No obstante, el presidente se ha comprometido hoy a seguir trabajando para conseguir una Asturias de progreso y bienestar y, para alcanzar esa meta, ha ofrecido "diálogo y compromiso" al resto de fuerzas parlamentarias tras asegurar que con ese mensaje no trata de hacer de la necesidad virtud dada su minoría parlamentaria.


Ha asegurado que tiene claro que gobernará con la verdad por delante, con coraje y convicción para no arrugarse ante la presión del adversario o la corrupción del amigo, y teniendo muy claro el triple destino al que quiere llegar con el apoyo de todos, al margen de sus ideas y carnés, de discrepancias o del "furor adanista de los recién llegados", en referencia a Podemos.


"Molesta el resentimiento, la revancha, la incapacidad para aceptar los resultados, el propagandismo inútil, la negativa avariciosa y miserable a contribuir al bien común", ha dicho ante buena parte de los diputados que conforman la Cámara regional, entre los que no se encontraba el portavoz de Podemos, Emilio León, con el que no llegó a acuerdos durante las negociaciones para su investidura.


Tras reclamar una sociedad fuerte y seria, ha querido desterrar la idea de una Asturias pedigüeña y subvencionada que, según sus palabras, surgía tras la publicación hace unos días de las balanzas fiscales y sin que nadie reparase en que ahí se incluyen pensiones que son un derecho obtenido con décadas de trabajo.


Ante la ministra de Fomento, que ya estuvo en su toma de posesión la pasada legislatura, ha reiterado que el Gobierno central no debe esperar ni la sumisión ni hostilidad del Ejecutivo asturiano, sino unas relaciones que deben estar presididas por la cooperación y lealtad, porque es más productivo que el enfrentamiento por sistema.


Ésta había asegurado previamente en su intervención que Javier Fernández puede esperar del Gobierno central la "colaboración, el dialogo permanente y la disposición necesaria para sumar".


Pastor, quien ha apelado a la Constitución y a la pluralidad política como bases de la convivencia en democracia, con la defensa de los valores de la justicia y la igualdad, ha propuesto a Javier Fernández "seguir trabajando juntos por el bien de los asturianos y los españoles", buscando "consensos y acuerdos".


Mientras, al término del acto, Pedro Sánchez ha asegurado que siente "debilidad" por Javier Fernández, ya que considera que es sinónimo de la buena política que se corresponde con el rigor, la estabilidad, la sobriedad en el ejercicio de la función publica, la austeridad, el compromiso, la justicia social y sobre todo el respeto a las instituciones".

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