Un juez avala el despido de un conductor de autobús de Barcelona muy violento

Un juez social de Barcelona ha considerado procedente el despido de un conductor de autobuses de la compañía municipal de transportes.

Un juez social de Barcelona ha considerado procedente el despido de un conductor de autobuses de la compañía municipal de transportes de Barcelona por haber agredido a un viajero, que iba acompañado por su hija de 7 años, con el que discutió.


El titular del juzgado de lo Social número 15 de Barcelona ha valorado además que el conductor despedido, A.B.A., acumulaba 40 quejas de usuarios y ya había sido condenado penalmente por un delito y una falta de lesiones que cometió al pelearse con otro conductor tras una discusión de tráfico.


La sentencia, desestima la petición del conductor, que consideraba improcedente su despido y reclamaba una indemnización por daños y perjuicios a Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) de 90.000 euros.


En la sentencia, el juez considera probado que A.B.A. acumulaba 40 quejas de usuarios entre el 2 de abril de 2011 y el 10 de abril de 2013, la mayoría por trato "descortés", "chulesco", "hacer comentarios racistas", amenazas o insultos a pasajeros y también por "conducción violenta".


Según la sentencia, en una ocasión detuvo el autobús y lo mantuvo parado hasta que se callara el pasaje, en otra hizo bajar a un usuario que intentó pagar con un billete de 20 euros tras llamarle "hijo de puta", y una vez obligó a bajar del autobús a una señora con un bebé porque este no dejaba de llorar.


El despedido ya había sido condenado en 2002 por una falta de imprudencia con resultado de lesiones porque un viajero se cayó a causa de una maniobra violenta suya y en 2009 por un delito de lesiones a tres meses de prisión por romper la nariz a otro conductor con el que tuvo una discusión de tráfico.


Pese a sus antecedentes, el conductor no fue despedido por TMB hasta el incidente que protagonizó el 22 de abril de 2013, cuando recriminó a una niña de 7 años que iba con su padre que diera golpecitos en su asiento.


El padre recriminó las formas del conductor y éste "accionó el freno de mano, saltó de su asiento", se encaró con el pasajero y le "propinó un cabezazo" que dio inicio a una pelea y luego, cuando la víctima ya estaba en el suelo, le propinó "patadas" y "puñetazos" que le causaron rotura de piezas dentales, según la sentencia.


Pese a que el abogado defensor presentó un informe psiquiátrico que indicaba que el conductor era "incapaz de llevar a cabo unos hechos como los imputados en la carta de despido", el juez indica en su sentencia, ante la que cabe recurso de súplica, que "los antecedentes que obran en autos evidencian una personalidad conflictiva en el entorno laboral y en su relación con los usuarios del transporte público".


El juez reflexiona que "sin duda la conducción de un autobús en circuito urbano durante seis horas y media al día puede ser un factor estresante", pero recuerda que "esa situación afecta a la mayoría de trabajadores de la empresa demandada, casi 4.000".


El magistrado aprecia "una cierta tendencia del actor a resolver las controversias a través de la fuerza física" y dictamina que las 40 quejas de usuarios "permiten afirmar que estamos en presencia de una persona que no tiene rasgos de pusilánime, temeroso o apocado".