Los fallos en el protocolo del ébola y la "improvisación" de las autoridades centran las críticas

Profesionales y sindicatos protestan por la cadena de errores que se produjo con Teresa Romero y aseguran que la falta de material y formación provoca que muchos sanitarios teman contagiarse.

Trabajadores sanitarios protestan a la entrada del hospital Carlos III de Madrid, donde permanece ingresada la paciente con ébola.
Los fallos en el protocolo del ébola y la "improvisación" de las autoridades centran las críticas
Afp

Mientras Teresa Romero y otras siete personas -de momento, por precaución- siguen ingresadas en el Hospital Carlos III y tanto el Gobierno central como el madrileño investigan cuál fue el error que causó la transmisión del virus, la indignación y el miedo se han extendido entre parte de la población, los sindicatos y los profesionales sanitarios.


Las criticas de estos últimos -tanto de los profesionales como de sus representantes sindicales- se centran ahora en la gestión de las autoridades de la crisis del ébola, la “improvisación” con la que se está actuando y la falta de formación y material, que ha provocado que los sanitarios teman contagiarse y hasta que muchos se hayan negado a trabajar en esas condiciones. Incluso uno de los enfermeros que atiende a Teresa Romero y al resto de personas ingresadas ha criticado el escaso personal disponible para realizar esta tarea.


“Ahora estamos tres enfermeros y cuatro auxiliares, cuando el primer día que se trabajó éramos seis enfermeros y seis auxiliares para un solo paciente (el sacerdote Miguel Pajares). Ahora tenemos más pacientes y menos personal”, indicó el enfermero y delegado sindical Manuel Torres, quien se pregunta si la disminución del número de voluntarios para atender los casos de ébola se debe a que no han recibido “ningún curso ni nada de formación”.


De hecho, desde varios sindicatos y asociaciones del sector han asegurado que muchos profesionales se han negado a trabajar en puestos en los que haya contacto con los ingresados por el ébola, incluso renunciando a sus contratos. Según alegan, no quieren poner en riesgo su salud ni la del resto de ciudadanos, ya que no tienen la formación adecuada ni disponen del material que les garantice que no existe ningún riesgo de contagio.


En la misma línea están las reivindicaciones de la AME (Asociación de Enfermería Madrileña Independiente), cuya secretaria, Amelia Batanero, asegura que “se ha subestimado esta epidemia sin hacer caso a las recomendaciones que tanto enfermería como los médicos hemos reclamado al Hospital de La Paz". Según han reconocido desde este sindicato, aunque el pasado mes de abril se tituló como centro de referencia para el tratamiento de futuros casos de ébola al hospital de La Paz, este nombramiento "no se acompañó de las actuaciones adecuadas".


"Médicos sin Fronteras hace un entrenamiento de dos semanas para poner y quitarse el traje y a nosotros nos dieron una demostración de 45 minutos de reloj con un traje blanco que ni tocamos", denuncian fuentes de esta asociación, desde donde aseguran de forma tajante: "Nos negamos a atender al paciente de ébola por miedo a poner en peligro a todos".


Este jueves, personal de una unidad de amenaza bacteriológica (NBQ) del SAMUR se desplazó al hospital Carlos III de Madrid para proporcionar "formación especializada" a los profesionales que atiende a la auxiliar de enfermería contagiada y gestionar la crisis del ébola en este hospital, según informaron a este periódico fuentes de la sanidad madrileña. El "temor" de los sanitarios a trabajar en el centro tras detectarse el primer contagio de ébola en España ha podido motivar el desplazamiento de esta unidad de emergencia entrenada para hacer frente a una amenaza bacteriológica.

Reproches a la gestión de la crisis


Pero los reproches no solo se centran en la formación que han recibido los profesionales sanitarios, sino en toda la gestión del caso de Teresa Romero, que informó de que había comenzado a notar los primeros síntomas el pasado 30 de septiembre y no fue hospitalizada hasta el 6 de octubre, ya que su temperatura no superaba los 38,6 grados a los que se encienden las alarmas. Mientras tanto, la enfermera hizo vida normal e incluso acudió a una oposición multitudinaria.


También se ha criticado duramente la gestión que se llevó a cabo cuando se decidió llevar a la paciente al hospital, desde que la llevaran al de Alcorcón en lugar de al Carlos III hasta que fuera tratada como una paciente más, tanto en el traslado como en el propio centro médico, donde compartió sala de espera en Urgencias con el resto de ciudadanos. El propio profesional que la atendió en primer lugar denunció numerosos fallos en el protocolo durante las 16 horas que la asistió, entre ellos que el traje de protección, que el médico tuvo que ponerse mas de doce veces, le estaba pequeño: "las mangas me quedaban cortas en todo momento".


En una carta a sus superiores que publicaron varios medios de comunicación, Juan Manuel Parra Ramírez, Facultativo Especialista de Área, detalla los pormenores de la atención a Teresa Romero, a la que asistió desde las ocho de la mañana del día 6 hasta las doce de la noche, cuando fue trasladada en ambulancia hasta el hospital Carlos III. El médico, que ingresó voluntariamente para someterse a vigilancia, denunció, entre otros errores, que se enteró antes por los medios de comunicación que por el propio hospital que la enferma ingresada había dado positivo en ébola.


Además, ni en la familia de la afectada ni entre sus propios compañeros de profesión ha sentado bien que hayan intentado responsabilizar a Teresa Romero del supuesto error que causó la transmisión del virus. De hecho, desde varios sindicatos se han denunciado las circunstancias en las que se interrogó a la enfermera, pues aseguran que no estaba en condiciones de declarar y que pudo recibir presiones, y dudan de que el médico que lo contó estuviera autorizado para ello.


“Las palabras fueron: puede ser que me tocara la cara”, aseguraba África Díez, delegada del CSIF en el Hospital Carlos III, que ha resaltado que si la paciente estaba con fiebre y en malas condiciones no era “el mejor momento” para tomarle esa declaración.

La Comunidad de Madrid se defiende


Por su parte, el consejero de Presidencia y Justicia y portavoz de la Comunidad de Madrid, Salvador Victoria, afirmó este jueves que los protocolos del Ministerio de Sanidad para tratar a pacientes afectados de ébola "han funcionado" salvo en el caso de la auxiliar de enfermería infectada por ébola, Teresa Romero, que ha reconocido ella misma que hubo "un error humano" o un "acto reflejo".


El consejero también señaló que las autoridades médicas están dando una "cumplida información" sobre este asunto y ha vuelto a pedir a los ciudadanos "confianza en el mejor sistema sanitario de España". "Ahora son días de llamada a la responsabilidad, tranquilidad y confianza de los ciudadano, y no extender alarma injustificada. Sólo hay un único caso y obedece a ese error humano. Y no poner en duda el sistema sanitario", ha añadido.

Polémicas declaraciones


El consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Javier Rodríguez, señaló este jueves que para explicarle a uno "cómo se tiene que quitar y poner un traje no hace falta un máster", tras ser preguntado por si considera si el tiempo que se está dedicando a la formación de los profesionales sanitarios para atender a pacientes de ébola es suficiente.


Estas declaraciones llegaban tan solo un día después de que hubiese acusado a Teresa Romero de ocultar información a los médicos. Según aseguró, "a raíz de los resultados", la auxiliar de enfermería contagiada por ébola "pudo estar mintiendo" a los médicos que la atendieron en los días previos a su hospitalización.


Rodríguez, que matizó a renglón seguido que esa afirmación es de su "cosecha", explicó que en ningún caso responsabilizaba a Romero por el contagio, que definió como un accidente y no como una negligencia.