El Rey apuesta por trabajar "hombro con hombro" con Portugal

Don Felipe y doña Letizia ha comenzado su gira de presentación a los países vecinos en Lisboa.

El presidente de Portugal ha recibido a los reyes de España este lunes
El Rey apuesta por trabajar "hombro con hombro" con Portugal
Efe

Los reyes Felipe y Letizia comenzaron este lunes en Portugal su gira de presentación ante los países vecinos de España, y en Lisboa tuvieron oportunidad de confirmar no solo el excelente momento que viven las relaciones entre las dos naciones, sino también la voluntad de mirar juntos hacia los retos del futuro.


Dos años después de su última visita al país, entonces como Príncipes de Asturias, Felipe VI y su esposa volvieron a percibir el aprecio y el respeto de las instituciones y la sociedad portuguesa, que les agasajaron con un almuerzo de honor en el Palacio de Queluz, con cien invitados, cuya sobremesa se prolongó más allá del horario previsto.


El presidente de la República, Aníbal Cavaco Silva, y su esposa hicieron de anfitriones, y así mientras por la mañana el jefe del Estado luso se reunía con el rey Felipe en su despacho del Palacio de Belem, su esposa y la reina Letizia conversaban con la presidenta de la federación de enfermedades raras de Portugal.


De la entrevista con Cavaco surgieron unas declaraciones ante la prensa del monarca español, las primeras que realiza sin sujetarse a un discurso desde que el 19 de junio comenzó su reinado, en las que apostó por seguir trabajando "hombro con hombro" con Portugal para afrontar los retos que ambos países tienen ante sí en el siglo XXI.


Cavaco reafirmó que las relaciones hispano-lusas "nunca fueron tan intensas ni tan diversificadas", ratificó su compromiso para que continúen por ese mismo camino y abogó por aprovechar sus vínculos en la defensa de intereses comunes, en ámbitos como la UE.


Esta estrategia compartida ante Europa también fue motivo coincidente en los discursos que Felipe VI y Cavaco pronunciaron en el brindis previo al almuerzo de honor en el Palacio de Queluz, en las afueras de Lisboa.


El rey español remarcó que para las dos naciones la UE es "un imperativo geopolítico y económico irrenunciable", que sustenta sus "proyectos nacionales" y contribuye al progreso y bienestar de sus sociedades. Y el presidente luso resumió: "El buen entendimiento entre nuestros dos países, además de las obvias ventajas bilaterales que nos reporta a ambos, debe aprovecharse para reforzar nuestra posición y sacar partido de nuestras potencialidades".


El recuerdo a su viaje de tres días de 2012 estuvo presente en esta visita, al igual que el agradecimiento del rey Felipe por la acogida que Portugal prestó a sus abuelos durante su exilio en Estoril, sin olvidar que su padre, Juan Carlos I, pasó allí parte de su infancia y durante su reinado ha mantenido ese vínculo personal.


"Una relación natural, humana -y también política-, llena de complicidad, comprensión y respeto que deseo continuar cultivando durante mi reinado para fortalecer aún más esos sólidos lazos de afecto y cercanía", manifestó Felipe VI.


Cavaco Silva aludió igualmente al "legado" de los anteriores Reyes de España a los que agradeció su contribución para la mejora de las relaciones hispano-lusas.


Los actos de la corta pero intensa agenda oficial de los Reyes de España han estado salpicados de gestos de complicidad, como los párrafos en portugués incluidos por Felipe VI en su discurso en Queluz, o el paseo por los jardines de este palacio con que el presidente obsequió a sus invitados, mientras observaban un espectáculo de doma ecuestre portuguesa.


El almuerzo se vio prolongado por una sobremesa en la que Felipe y Letizia compartieron café con algunos de los cien invitados a la comida en su honor, desde políticos hasta artistas o empresarios, algo que obligó a retrasar su visita de la tarde al Parlamento.


Allí fueron recibidos por la presidenta de la Cámara lusa, Assunçao Esteves, y conocieron a los portavoces parlamentarios, con quienes tuvieron oportunidad de visitar el hemiciclo, cuyos escaños estaban ocupados este lunes por periodistas y camarógrafos, prueba de la gran expectación mediática que ha generado su visita en Portugal.


Su agenda se cerró en el Palacio de Sao Bento, residencia del primer ministro Pedro Passos Coelho, con quien Felipe VI departió también sobre asuntos bilaterales relacionados con la cooperación e Iberoamérica, así como sobre la salida de la crisis en ambos países.


Precisamente, el monarca aprovechó su primer viaje oficial a una nación de la UE para trasladar un mensaje de optimismo ante el desafío que supone el "inaceptable incremento del desempleo". "Es tiempo de vencer definitivamente estos obstáculos, no tengo duda de que lo conseguiremos", sentenció.