Un hospital madrileño niega que una paciente muriera por estar "desatendida"

El fallecimiento lo atribuye a una cardiopatía crónica con complicaciones respiratorias.

El Hospital Severo Ochoa de Leganés ha negado este miércoles que una paciente que falleció el pasado mes de enero tras permanecer en los pasillos del servicio de Urgencias estuviese "en ningún momento desatendida ni 'aparcada'" y asegura que el óbito se produjo por la "evolución de su enfermedad", una cardiopatía crónica que se complicó con "procesos respiratorios graves" a pesar "del tratamiento y los diversos y constantes esfuerzos terapéuticos realizados".


Según un comunicado del centro, la mujer estuvo "vigilada y controlada regularmente por médicos y enfermeras de las Urgencias, al igual que el resto de pacientes ingresados en el Servicio".


De hecho, la Dirección del Severo Ochoa ha informado de que, durante su estancia en el Servicio, la paciente recibió "de forma constante tratamiento médico y estuvo monitorizada continuamente, realizándose las exploraciones y pruebas clínicas necesarias para su proceso médico".


Según desveló 'eldiario.es', la mujer falleció tras permanecer en un pasillo del Servicio de Urgencias y tras dos ingresos. El Hospital ha precisado que la paciente, durante su primera estancia en las Urgencias (el 26 y 27 de diciembre de 2013), "fue atendida en la Unidad de Observación de Urgencias y diagnosticada de un proceso renal, que se resolvió con tratamiento médico".


"Tras mejorar, fue dada de alta bajo la supervisión de su médico de Atención Primaria", según ha señalado el centro.


Tras el segundo ingreso (del 31 de diciembre de 2013 a 3 de enero) en las Urgencias del Hospital, presentó una enfermedad cardiaca crónica que "se vio agravada con la aparición de otros procesos respiratorios graves".


La mujer quedó ingresada en ese momento en un Box de Agudos de Urgencias Generales del Nivel I, la "zona de máxima vigilancia clínica por parte de los profesionales sanitarios", según el centro.


Los médicos aplicaron "de forma inmediata" tratamiento médico y estuvo "monitorizada de forma constante, realizándose las exploraciones y pruebas clínicas necesarias", como ecocardiograma, radiología de tórax, analíticas y cultivos.


Los médicos vieron a la paciente más de cuatro veces al día, y llegaron a realizar "una medición constante de la evolución de su proceso médico de alta gravedad, tanto por la cardiopatía como por las otras enfermedades que padecía". Finalmente, el 3 de enero se trasladó a la planta de hospitalización donde falleció.