Los relojes se han adelantado una hora la madrugada del domingo -a las 02.00 son  las 03.00-, una medida que revierte en 300 millones de euros de ahorro y que algunas organizaciones creen insuficiente e incluso contradictoria con otras actuaciones del Gobierno en el terreno de la eficiencia.

Según las estimaciones del Instituto para la Diversificación y Ahorro Energético (IDAE), el potencial de ahorro en iluminación por el adelanto de las manecillas del reloj puede representar un 5 % del consumo eléctrico en iluminación, equivalente a 300 millones de euros, de los que 90 corresponderían al potencial de los hogares.

La medida se viene aplicando desde 1981 en toda la Unión Europea y su origen se debe a la primera crisis del petróleo de los 70.

Organizaciones como la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético cree "un contrasentido articular una medida de este tipo, que genera trastornos a las personas, a los trabajadores y a las industrias y, sin embargo, bloquear todas las que guardan relación directa con el ahorro y la eficiencia".

"El Gobierno no tiene credibilidad cuando mantiene estas medidas y al mismo tiempo se opone a toda la normativa de eficiencia y ahorro energético de la Unión Europea", ha explicado un portavoz de la plataforma, que agrupa a más de 200 asociaciones.

Si la intención es ahorrar energía y luchar contra el cambio climático -ha añadido- "debemos básicamente incentivar las renovables, primar todos aquellos edificios que lo que hacen es generar posibilidades de ahorro y eficiencia y dar marcha atrás con los recortes del transporte público".

En similares términos, la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU) cuestiona que esta medida "sea de verdad un ahorro importante, 300 millones no es una cantidad grande", en palabras de su portavoz Antonio López.

"Deben articularse otras actuaciones de ahorro, mucho más eficientes", como la instalación de los contadores inteligentes, que permitirán saber al ciudadano "cómo y dónde está consumiendo", y el fomento de las energías renovables.

Por parte de la Confederación Española de Organizaciones de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios (CEACCU), el cambio de hora del próximo día 30 "se ha quedado trasnochado", porque existen otras medidas mucho más eficaces como el autoconsumo energético o el uso de las energías renovables.

"No tiene sentido el coste que supone el cambio horario para personas y empresas y que luego quede diluido por la no adopción" de otras iniciativas.

Por otra parte, una nota del Ministerio de Industria añade que la aplicación indefinida del cambio de hora se ha adoptado "por entenderse que el buen funcionamiento de algunos sectores, no sólo el de los transportes y las comunicaciones, sino también otras ramas de la industria, requiere una programación estable a largo plazo".

La directiva que regula este ámbito establece las fechas de inicio del periodo de la hora de verano (en el que, como ahora, adelantamos el reloj una hora) y su finalización (cuando retrasamos el reloj una hora), produciéndose el último domingo del mes de marzo y el último domingo del mes de octubre, respectivamente.

Con independencia del cambio de hora, el IDAE recomienda a los ciudadanos ahorrar energía durante todo el año haciendo un uso inteligente de la iluminación.

Seguir determinadas pautas o hábitos permite, sin renunciar al confort, ahorrar hasta 100 euros al año, además de evitar emisiones contaminantes a la atmósfera.