El PSC podría ser la cuarta fuerza si expulsa a los críticos y estos mantienen sus escaños

Falta por ver si la dirección capitaneada por Pere Navarro cumple su amenaza de expulsar a los diputados que no votaran que 'no', un castigo que diversos dirigentes socialistas han pedido que no se ejecute.

El PSC, que actualmente es el tercer grupo en el Parlament, podría pasar a ser la cuarta fuerza de la cámara si expulsa a sus diputados críticos y estos deciden mantener sus escaños.


Los tres diputados del PSC que este jueves han desobedecido a la dirección de su partido y han votado en el pleno del Parlament a favor de la propuesta de pedir el traspaso de la competencia para convocar referendos, podrían ser expulsados si la "cúpula" del partido que lidera Pere Navarro decide cumplir las advertencias lanzadas en los últimos días.


Joan Ignasi Elena, Marina Geli y Núria Ventura, que son los tres diputados díscolos del PSC, aún tienen que decidir qué harán frente a la petición formal de su grupo parlamentario de que renuncien a sus escaños y los devuelvan al partido para ser sustituidos.


A estos tres diputados hay que sumar el escaño temporalmente vacío que ha dejado el alcalde de Lleida, Àngel Ros, al renunciar ayer voluntariamente a ser diputado para no tener que romper este jueves la disciplina de voto.


La negativa de los tres primeros diputados críticos a renunciar a sus escaños podría comportar su expulsión y, en este supuesto, pasarían a ser considerados por la cámara como "diputados no adscritos" no integrados en ningún grupo, ni siquiera en el mixto, en virtud del pacto catalán contra el transfuguismo que se aplica en el reglamento del Parlament.


En este caso también ocurriría que el grupo del PSC quedaría sensiblemente reducido y pasaría de los 20 miembros actuales a 17 o a 16 hasta cubrir la baja de Àngel Ros.


Esto tendría su traducción práctica en que el PSC dejaría de ser considerada a todos los efectos como la tercera fuerza y pasaría a ser la cuarta, por detrás del grupo del PPC.


Falta por ver, no obstante, si la dirección capitaneada por Pere Navarro cumple su amenaza de expulsar a los diputados que no votaran que 'no', un castigo que diversos dirigentes socialistas han pedido que no se ejecute.


Por lo que respecta a la figura del "diputado no adscrito", el reglamento de la cámara catalana impide a este tipo de parlamentarios que formen parte de un grupo si han sido expulsados del que procedían y no devuelven el acta.


Esto les impediría pertenecer al grupo mixto en el que actualmente sólo están los tres diputados de la CUP, y dispondrían de menos tiempo para intervenir en los plenos, además de no poder formar parte de las comisiones parlamentarias.