Madrid

El anciano que mató a su jefe a martillazos: "Me dio un sofocón que fue impresionante"

El acusado de matar a su patrón de 89 años a martillazos ha declarado que era una persona "muy déspota". Su abogado asegura que padece una grave alteración de sus capacidades mentales.

El acusado de matar a su patrón a martillazos ha declarado en el juicio que solo recuerda que le golpeó con una herramienta, sin saber cuántas veces lo hizo ni cómo, y ha señalado que cuando confesó el crimen ante la Guardia Civil no le creyeron porque siempre ha sido "una buena persona" y honrado.


"Por favor, no me hable de don José que estoy hasta la coronilla de él", le ha espetado Daniel L., de 69 años, a la fiscal visiblemente enfadado en un momento de la declaración. El acusado prestó desde 2003 servicios en la finca La Cerquilla, situada en Navacerrada. El patrón de la finca era José Cangas Herrero, nieto del fundador del Banco Herrero.


Los hechos que juzga desde el martes un Jurado Popular de la Audiencia de Madrid se se produjeron el 27 de junio de 2011 en el transcurso de una discusión en el que el procesado asestó múltiples golpes con un martillo a Cangas Herrero, de 89 años.


En su declaración, el hombre ha señalado que la relación con su jefe era "muy mala" porque era "una persona muy déspota" y ha destacado que sus propios hijos le odiaban y le tenían miedo, un extremo que estos han negado. También ha contado que le humilló en numerosas ocasiones.


"Un sofocón" 

Sobre el día de los hechos, ha contado que le pidió a su patrón un consejo por un tema bancario y éste se negó a dárselo. "Me iban a denunciar los de Citybank y me contestó mal. Le pedí un consejo y casi me empuja. Inmediatamente, me entró una caloría que me fui a por él. Fui a lo primero, que era una caja de herramientas. No me acuerdo bien. Le golpeé, pero no recuerdo cómo de fuerte. Él se quedó asustado por la reacción que tuve. No me acuerdo si le dio un golpe o si le di cien", ha señalado. 


Tras los hechos, ha contado que acudió a la Guardia Civil, pero ha insistido en que pensaba que no había muerto. "Se que cometí algo que no estaba bien. No se me quita de la cabeza. No le aconsejo a nadie que mate. Siendo honrado no voy a vivir mientras viva. Me quiero ir a la playa donde no me conozca nadie", ha señalado.


"Me dio un sofocón que fue impresionante. Yo ya perdí la memoria. Y encima estoy metiendo la pata. No me meta en un lío que no quiero salir de él", le ha replicado al abogado de la acusación particular.


Asimismo, se ha quejado que desde que entró en la cárcel vive un martirio, ya que no puede dormir y le ceban a pastillas. "La cárcel es un martirio. Por favor no me hable de don José, que estoy hasta la coronilla de él", le ha contestado a la fiscal con tono elevado y visiblemente enfadado.


Peticiones penales

El acusado se enfrenta a una petición fiscal de 14 años de cárcel por un delito de asesinato y ensañamiento, con la atenuante de confesión y eximente incompleta por enajenación mental. La acusación particular eleva la pena a 25 años de cárcel por la misma infracción penal, sin apreciar atenuantes. "No le tengan pena que él no la tuvo cuando le arrebató la vida a un señor de 90 años", ha dicho el letrado a los miembros del Jurado. 


En cambio, el abogado defensor reclama que se le interne en un centro psiquiátrico al considerar que padece una grave alteración de sus capacidades volitivas y cognitivas. En la sesión del martes, manifestó que sufre una neurosis obsesiva conforme los informes forenses. "En su mente perturbada se sumaron factores como que le humillaba para que se desencadenara la tragedia", ha señalado el abogado.


Los hechos se produjeron en junio de 2011. El procesado mantuvo una discusión con su jefe, en cuyo transcurso le golpeó en la cabeza con un martillo. El vigilante confesó ante la Guardia Civil que le había matado "en un momento de calentón" durante una discusión laboral con la víctima. Así, Daniel manifestó que el octogenario le criticaba constantemente y le tachaba de "vago y holgazán".