Accidente de tren de Santiago

El maquinista del tren se acogió a su derecho a no declarar ante la Policía

El maquinista del tren Alvia se ha negado a declarar este viernes ante la Policía, según han informado fuentes de la investigación.

El maquinista Francisco José G.A. tras el accidente
El juez investiga ahora por qué el tren iba a 190 km/hora
EFE

La investigación del accidente de Santiago intenta aclarar si hubo un fallo técnico o del maquinista, que se ha negado a declarar ante la policía y que, según el presidente de Adif, tuvo que recibir un aviso para reducir la velocidad cuatro kilómetros antes del lugar del descarrilamiento.


El conductor del convoy no ha querido contestar al interrogatorio policial en el Hospital Clínico de Santiago, donde permanece detenido bajo una acusación de "imprudencia" a la espera de declarar ante la jueza instructora, que este jueves ordenó su imputación por el accidente, que ha provocado 78 muertos.


Fuentes policiales han señalado que el detenido puede pasar a disposición judicial en el mismo hospital, lo que previsiblemente se producirá este sábado.


En una entrevista, el presidente de Adif, Gonzalo Ferre, ha apuntado que "cuatro kilómetros antes del lugar donde se produce el accidente (el maquinista) ya tiene la notificación de que tiene que empezar a reducir la velocidad, porque a la salida del túnel tiene que ir a 80 (kilómetros) por hora".


Ferre ha defendido que funcionaron todos los sistemas de seguridad y que, en cualquier caso, el maquinista tenía una hoja de ruta con todas las indicaciones porque "esa es su función dentro del tren", es decir, "controlar la velocidad", porque "si no, sería un pasajero".


El maquinista fue detenido este jueves a las 20.00 en el hospital, según ha explicado el jefe superior de la Policía de Galicia, Jaime Iglesias, que ha señalado que la caja negra está bajo custodia de la Policía Judicial.


Iglesias ha comentado que tiene "unas condiciones técnicas singulares" para su apertura y que "no se va a hacer nada con ella" hasta que se acuerde con la autoridad judicial, ocupada en estos en "otras tareas".


Compañeros del conductor han ofrecido una rueda de prensa en la que han detallado que el tramo en el que se produjo el accidente requiere un cambio "brusco" de velocidad, de 200 a 80 kilómetros por hora sin que haya ningún sistema que obligue ni alerte del mismo.


"De 200 a 80 son 120 kilómetros de diferencia, creo que es un descenso muy brusco para que no esté señalizado de alguna forma que te obligue a bajar la velocidad", ha explicado Manuel Mata, un maquinista que realiza la misma ruta que del convoy siniestrado, Madrid-Ferrol.


Ha explicado que el tren viene circulando por un tramo de 200 de kilómetros por hora con el "moderno" sistema ERTMS, que controla la circulación -condiciones de la vía, del tren, circulación y velocidad- y es capaz de conducir y frenar automáticamente; y pasa a hacerlo por otro de 80 km/h controlado por ASFA, un sistema para vías convencionales que solo señaliza, ha explicado.


Si la señal está en verde -vía libre-, como en el caso del tren accidentado, "no tienes que actuar", ha explicado Mata, y aunque el convoy circule con exceso de velocidad el sistema no ejecutará la parada de emergencia si no se superan los 200 km/h.


Frente a quienes apuntan al maquinista como responsable de la tragedia por el exceso de velocidad, los compañeros de Francisco José G. A, han hecho público este que solían comentar en broma cuando sabían del retraso de un tren: "Ahí viene Garzón".


El secretario de organización del sector ferroviario de UGT en Galicia, Ángel Rodríguez, ha señalado que conoce a Garzón desde que ingresó en Renfe en 1982 y alude a este comentario para significar que "no era de los que corriera" sino que se destacaba por ser "muy sensato".


El número de fallecidos en el accidente es, hasta el momento, de 78, de los que tres están aún sin identificar, según ha determinado la Policía Científica, y 178 heridos, de los que 81 permanecen ingresados, 28 adultos en estado crítico y tres pediátricos.