Unos 40.000 universitarios españoles se han encontrado este año en la tesitura de tener que abandonar sus estudios al no poder afrontar el pago de la matrícula, de los que unos 10.000, según el catedrático de la UNED Manuel Alonso Castro, pertenecen a esta universidad.

Por ello, el candidato a nuevo rector de la UNED en las elecciones de la semana próxima y titular de la cátedra de Electrónica de la Escuela de Ingeniería Industrial plantea dar mayor "flexibilidad" para que los alumnos puedan afrontar los pagos.

Dadas las estimaciones de alumnos en problemas, Castro aboga por fraccionamientos y otras alternativas, como una negociación con el Ministerio para que contemple el diferente perfil del estudiante no presencial.

Porque el estudiante de la UNED no tarda cuatro años en completar sus estudios, como ocurre con los alumnos presenciales, sino una media de entre siete u ocho, un factor que limita a los alumnos a la hora de obtener becas.

"Estos alumnos se quedan fuera de las becas porque tardan más tiempo (en completar su titulación). En las últimas revisiones de los planes de becas no se ha oído esa voz distinta, que es fundamental", expone Castro, primer presidente no estadounidense de la sociedad de Educación del Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos (IEEE).La UNED pierde un tercio de las becas

Este año, en cifras globales los estudiantes de la UNED han perdido un tercio de las becas: "Muchos de ellos han tenido que renunciar a la matrícula porque no podían pagarla", lamenta.

Además, el candidato a nuevo rector explica además que un bolsa de unos 20.000 alumnos jóvenes de las universidades tradicionales están recalando en la UNED, más que en el pasado, debido a que no pueden compatibilizar una carrera presencial y su trabajo.

El catedrático apunta que en la actualidad hay más estudiantes en paro en la UNED -los empleados han pasado del 80-90% al 70-75%-, aunque recalca que el desempleo afecta menos a esta modalidad, puesto que el perfil tradicional es un trabajador con familia y muchas veces con hijos.

Castro aboga por el establecimiento de una oficina de asuntos sociales de los estudiantes para dar respuesta a los problemas del alumnado en dificultades socioeconómicas y mejorar el apoyo a la integración laboral que desarrollan los centros de orientación de la UNED.Mantener el precio

Otro objetivo de Castro es el de mantener el precio de las tasas en la parte baja de la horquilla marcada por el Gobierno, así como defender una modificación para que los estudiantes de la UNED no sufran un recargo en segundas y posteriores matrículas en el caso de que no se hayan presentado al examen de una asignatura.

A este respecto, recalca que esta "penalización" no debe aplicarse a los estudiantes no presenciales, puesto que a mitad de año sus condiciones laborales pueden cambiar e impedirles seguir sus estudios con la misma dedicación.

Sobre la polémica a raíz de la reforma educativa que supone la Lomce, Castro apuesta por un "consenso general" en temas de educación y opina que la universidad no tiene que pronunciarse en la "parte política", sino mantenerse "fuera" de la contienda y trabajar por la calidad y la responsabilidad ética y social.

"La crisis nos ha pillado a todos con el paso cambiado, aunque en la UNED estamos un poco menos mal tras varios años con actividades serias de control y restricción de gasto", continúa Castro antes de cifrar entre el 10 y el 15 % el crecimiento de la institución.

Sobre los retos del futuro, Castro cita los de mejorar la representatividad y el servicio para los 8.000 alumnos en el extranjero, revisar el actual estatuto de los estudiantes, reforzar la red de 72 centros asociados y la inversión en tecnología y sedes.