Bilbao

El falso maestro shaolín vive enfrente de un pub que frecuentaban las dos víctimas

La última llamada de una de las víctimas abre la posibilidad de que fuera contratada en el gimansio de Aguilar como masajista.

La policía encontró restos óseos en el gimnasio de Juan Carlos Aguilar
La Ertzaintza investiga si los restos humanos son de una o más personas
EFE

El falso maestro shaolín, Juan Carlos Aguilar, vive enfrente de un pub, ubicado en la calle Iturriza de Bilbao, que frecuentaban sus dos supuestas víctimas, Jenny Sofía Rebollo y Maureen Ada Otuya, según ha asegurado una clienta del local.


La joven ha afirmado que conocía a las dos mujeres de verlas en el establecimiento, que, en la actualidad, se encuentra cerrado por el Ayuntamiento de Bilbao por diversas sanciones administrativas. "Las veces que he ido yo a tomar algo las he visto. Es un bar normal, no es ningún bar de chicas de alterne", ha precisado.


Según ha apuntado, las víctimas no se conocían entre sí porque Jenny Sofía Rebollo, la colombiana que fue descuartizada, solía ir sola y nunca la ha visto hablar "con ninguna persona de color", en referencia a la otra víctima, de nacionalidad nigeriana.


Preguntada si en el mismo local había visto alguna vez al asesino, ha respondido que las veces que ella ha acudido al local no le ha visto, pero que igual a él le sería fácil ver a las chicas desde su vivienda, ya que vivía enfrente.


Precisamente, la familia de Jenny ha confirmado que hace unos días en la última llamada que realizó a la casa de su madre en Colombia estaba "muy contenta" porque le habían ofrecido trabajar en un gimnasio como masajista.


Sus conocidos sospechan que había sido Aguilar el que había contactado con ella para ofrecerle el trabajo como señuelo para asesinarla, ya que el falso maestro shaolín regentaba el gimnasio ZEN4, en el que se encontraron, posteriormente, los restos de la colombiana descuartizada, y donde la Ertzaintza le detuvo tras agredir hasta dejar en coma a Maureen Ada Otuya, la joven nigeriana que posteriormente falleció en el hospital.


Rebollo había colocado carteles en la zona de Zabalburu de Bilbao, en la que vivía con su hermano, para ir a los domicilios a realizar servicios de peluquería, de belleza y masajes. En las inmediaciones está la calle Iturriza, donde vive el presunto asesino.

"Presentimientos negativos"

Jenny Sofía Rebollo, de 40 años y natural de la ciudad de Montería, capital del Departamento de Córdoba (Colombia), no había llamado en los últimos días a su madre, Benicia Tuirán, a la que telefoneaba asiduamente.


Tras varios días de "presentimientos negativos y pesadillas nocturnas", Tuirán supo este miércoles por los medios de comunicación que la mujer colombiana asesinada en Bilbao era su hija. Jenny Sofía Rebollo, natural de la ciudad de Montería, capital del Departamento de Córdoba (Colombia), se había criado en el barrio de La Granja de Montería junto a su madre y sus otros tres hermanos, y se ganaba la vida como peluquera.


Yira Rebollo, su hermana, ha relatado que la última vez que ésta habló con ellos fue el 21 de mayo, cuando les comentó que había encontrado trabajo en un gimnasio de yoga y que pronto tendría un salario fijo para mandarle dinero a su madre.


"Mi hermana siempre estaba feliz, charlaba con nosotros y reía mucho. Ella era una mujer especial. Siempre pensando en el trabajo. Ella me enseñó a trabajar el arte del esteticismo. Siempre fue nuestro apoyo", asegura Yira en unas declaraciones publicadas por el Meridiano de Córdoba.com.


La familia empezó a precuparse cuando dejó de llamar con la frencuencia que acostumbraba, cada tres o cuatro días, para preguntar por todos y, en especial, por su hijo, de seis años, al que había dejado con su madre en Montería.