Trescientos ochenta y seis kilómetros en bicicleta pueden parecer pocos para un ciclista profesional; pero la cifra toma un valor incalculable cuando los dos guardias civiles que los han hecho explican que cada kilómetro va en recuerdo de una víctima de la banda terrorista ETA. Luis y Francisco concluyeron este miércoles su tercera etapa, poco antes de las 17.30, tras llegar al parque de la Esperanza de la capital aragonesa. Partieron por la mañana desde Calahorra y, para llegar al lugar del atentado de la Casa Cuartel de Zaragoza, pedalearon durante 135 kilómetros. El objetivo es alcanzar 829, tantos como víctimas de ETA.

Luis es un aragonés nacido hace 54 años en Canfranc, aunque residió varios años en Jaca. Ahora mismo está destinado en Navarra, en el Servicio Cinológico de la Guardia Civil (adiestramiento de perros policía y, en concreto, en la desactivación de explosivos). Francisco, por su parte, tiene 35 años y también está trabajando en la Comunidad foral, en su caso en el Grupo de Rescate de Montaña.

«La sociedad tiene tendencia a olvidar las cosas con mucha facilidad explicó Luis-, nosotros queremos refrescar esa memoria. Que no nos olvidemos nunca de todo lo que ha ocurrido, ni de los muertos ni de las familias que han sido víctimas del terrorismo».

A su llegada al lugar del atentado de la Casa Cuartel de Zaragoza, fueron recibidos con un estruendoso aplauso de sus compañeros, de familiares de víctimas de ETA que se acercaron a agradecerles la iniciativa y de otros muchos ciudadanos que no quisieron perderse la oportunidad de apoyarles.

En total, se reunieron más de 300 personas para recibirles tanto a ellos como a otros 10 ciclistas que se sumaron a la marcha desde distintos puntos de la etapa. Entre ellos se encontraban soldados, guardias civiles, agentes de la Policía y ciudadanos de a pie. Otros también pedalearon con ellos durante varios kilómetros: solo recorrieron un tramo, generalmente desde sus lugares de residencia, para transmitirles fuerza.

Lo curioso es que ni a Francisco ni a Luis se les veía especialmente cansados a su llegada; todo lo contrario: decían tener «muchas ganas» de seguir su camino.

«Otros deben seguir la idea»

Ambos llevaban rumiando esta idea desde hace dos años, pero han optado por comenzar ahora la campaña -llamada '829 kilómetros por el camino de la memoria'- porque «las cosas están más calmadas». Su intención, no obstante, es que lo que están haciendo «no sea flor de un día». «Nos encantaría que cuando terminemos vengan otros colectivos a seguir con esta campaña u otra similar», comentó Luis.

En el acto posterior, Francisco y Luis entregaron un maillot idéntico al que ellos llevan al delegado del Gobierno en Aragón, Gustavo Alcalde; al vicealcalde de Zaragoza, Fernando Gimeno y al vicepresidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), Pascual Grasa. «El que haya personas que luchen para que no se olvide a las víctimas de ETA es para nosotros una terapia y nos reconforta», dijo.

Esta tercera etapa es la segunda que pasa por territorio aragonés. La otra supuso el arranque de su campaña, que comenzó en Sangüesa y finalizó en Sallent de Gállego, donde perdieron la vida dos agentes de la Guardia Civil el 20 de agosto de 2000. Y para seguir rindiendo homenajes, este jueves harán la cuarta de las siete rutas organizadas: saldrán de Muchamiel (en la provincia de Alicante, hasta donde se han desplazado en coche esta noche) y acabarán en Murcia. Los 829 kilómetros, y sus 829 recuerdos, estarán entonces a solo tres etapas de distancia.