Bandas latinas

Los Black Panthers intentaron matar a un joven que quería dejar la banda

Los Mossos d'Esquadra han explicado que la operación contra esta banda latina se produjo al conocer las dificultades de algunos jóvenes que querían abandonarla.

Los Mossos d'Esquadra han descabezado a la banda juvenil Black Panthers con la detención de 30 de sus 50 sus supuestos integrantes, algunos de ellos en Zaragoza, en una de las mayores operaciones policiales en Cataluña contra las pandillas de raíz latina. Esta operación se inició al tener conocimiento de las dificultades que había para abandonar el grupo, con un intento de asesinato incluido.


Este jueves, en rueda de prensa, el jefe de la Comisaría General de Investigación de los Mossos d'Esquadra, el comisario Josep Lluís Trapero, ha destacado que esta operación es la más importante que ha practicado la policía catalana contra este tipo de pandillas y obedece al cambio de estrategia policial para abordar este fenómeno, al tratarlas como un grupo criminal.


La operación policial, que trascendió el pasado martes, se ha saldado con la detención de 30 supuestos miembros de la banda juvenil -que según los datos de la policía catalana cuenta con unos 50 integrantes-, entre ellos su fundador y principal responsable, Fernando Arturo C.A., de 37 años y vecino de Esplugues de Llobregat (Barcelona).Agresiones y amenazas

El inspector Jordi Domènech, jefe del Área Central de Personas de los Mossos d'Esquadra, ha desvelado que la investigación se inició en octubre pasado, cuando tuvieron conocimiento de las dificultades de dos jóvenes para abandonar la banda, ya que se les sometía a todo tipo de agresiones y amenazas, tanto para ellos como para su familia.


De hecho, los Mossos lograron abortar un intento de homicidio de uno de los dos jóvenes que quería dejar la banda, cuando regresó a Cataluña para pasar unos días y fue descubierto por miembros del grupo en una discoteca.


Cuando el joven fue localizado, los miembros del grupo avisaron a sus jefes, que se desplazaron en persona a la discoteca para aplicarle el "código 61" (homicidio en la clave utilizada por la banda). Los Mossos enviaron urgentemente a una patrulla de seguridad ciudadana, que logró evitar el crimen.


La banda, según Domènech, sometía a "castigos muy severos" a sus miembros díscolos, tanto a los que querían dejar el grupo como a los que por ejemplo llegaban tarde a las reuniones semanales obligatorias o a los que descubrían que eran homosexuales.Territorio y violencia

Este tipo de bandas, según Domènech, además de luchar para controlar el territorio, se limitan a ejercer la violencia entre ellos y contra bandas rivales, aunque en ocasiones también actúan violentamente contra terceros, en este caso sobre todo contra magrebíes, llevados por el racismo.


Domènech ha explicado que la operación ha permitido descabezar y desarticular a la banda, que se estructuraba en cinco "bloques": Florida, Santa Eulalia, Paralelo, Badal y Zaragoza. Además, se ha abortado el intento de crear una nueva sucursal en Cornellà (Barcelona).


En la operación policial se ha detenido desde los máximos responsables de la banda -se calcula que son unos ocho- hasta los "guerreros" (sicarios que ejecutan las agresiones) y los "soldados", que se dedican a los pequeños delitos, sobre todo el trapicheo, para nutrir económicamente a la pandilla.


Trapero ha admitido que, antes del cambio de estrategia acordado en 2011, la policía catalana quizá no era suficientemente "eficaz" para abordar este problema, aunque ha garantizado que ahora se abordará el fenómeno al igual que con el resto de grupos criminales, con el objetivo de lograr su desarticulación.