Tras las elecciones vascas y gallegas

El Partido Socialista pulsa el botón del pánico

Desde el partido aseguran que a nadie se le ha pasado por la cabeza la dimisión de Rubalcaba, pero van a cambiar su proyecto para acercarse a la gente.

Los socialistas intentarán movilizar a la población contra los recortes
El PSOE pulsa el botón del pánico
EFE/J.J. GUILLÉN

El núcleo duro del PSOE ha cerrado este lunes filas con su líder, Alfredo Pérez Rubalcaba, ante la bofetada electoral en Galicia y el País Vasco de ayer, pero no ha querido dejar de reconocer y asumir su parte de culpa en los resultados. E intentar poner los medios para evitar que se vuelva a repetir.


Al contrario de lo que suele ser habitual después de una jornada electoral, Rubalcaba no ha reunido este lunes a la Ejecutiva, sino a la Comisión Permanente, los dirigentes más fieles a él, para analizar el batacazo en Galicia y Euskadi.


Ni a él se le ha pasado por la cabeza dimitir ni nadie de los asistentes se lo ha planteado, señalan a Efe fuentes de su entorno, que restan importancia a las críticas sobre su línea de oposición y a las voces que le reclaman que se vaya.


Según esas fuentes, son "los de siempre", en alusión velada a algunos dirigentes que, de acuerdo con el análisis de la dirección federal, aprovechan cualquier circunstancia para intentar echar leña al fuego en beneficio propio.


A "los de siempre" se les recuerda que no sólo la dirección federal tiene poco crédito entre la ciudadanía, sino que la mayor parte de los barones territoriales no sufre mejor suerte y su valoración en las encuestas suele estar por detrás de la de sus homólogos del PP en las respectivas comunidades.


La razón: que el PSOE ha gobernado hasta hace muy poco, y los primeros recortes se tomaron con José Luis Rodríguez Zapatero en la Moncloa, lo que repercute no sólo en el ámbito nacional -castigado en las urnas el 20N-, sino también en el autonómico, argumentan.


Pero no quieren echar balones fuera y la actual Ejecutiva Federal asume su responsabilidad en lo que pasó entonces, en lo que pasa ahora, y en lo que puede pasar en el futuro, y es consciente de que la ciudadanía va a seguir castigándoles en las urnas si la crisis empeora.


Mientras el PP se benefició en el pasado del agravamiento de la situación económica, según el criterio de estas fuentes, el PSOE se ve directamente perjudicado por ella, porque la gente les sigue culpando.


Para ello, y para no acabar como el Pasok griego, reducido a tercera fuerza política en el país heleno, van a dar la vuelta a su proyecto como si fuera un calcetín, lo que escenificarán en las tres conferencias políticas programadas inicialmente hasta 2014 pero que se concentrarán en poco más de un año.


De este modo, esperan conectar mejor con la ciudadanía y subsanar uno de los graves problemas que interpretan que tienen, el de no haber sabido movilizar a la gente en contra de las políticas de recortes del Ejecutivo de Rajoy.


Así las cosas, los mensajes surgidos de la reunión de este lunes son claros: hay que darse más prisa en actualizar su discurso y cambiar su proyecto, pero ni es el momento de pedir cabezas ni de designar al candidato a la Moncloa.


Su excusa es que, en teoría, faltan más de tres años para las generales, y si el PSOE eligiera ahora a su cartel electoral corre el riesgo de que quede "achicharrado" antes de dos años.


Con todo, la dirección sí ha hecho saltar las alarmas y ha pulsado el botón del pánico para no dormirse en los laureles pensando que hay mucho tiempo por delante para remontar.


Ahora se trata de volver a recuperar la confianza de los electores, tratar de ilusionarles, y para ello quieren pasar a la acción, hacerse más visibles, demostrar que pueden ser alternativa.


Las elecciones catalanes del 25 de noviembre pueden ser el laboratorio de pruebas de esta nueva estrategia.