Un año después

El 15-M abre una brecha entre los intelectuales

Fernando Savater es muy crítico, mientras Tzvetan Todorov se siente un "indignado" y cree que se han formulado preguntas fundamentales.

Un año después el movimiento del 15-M, que nació en la puerta del Sol de Madrid y se extendió por todo el mundo, sigue creando opiniones diferentes entre los intelectuales. Fernando Savater es muy crítico, mientras Tzvetan Todorov se siente un "indignado" y cree que se han formulado preguntas fundamentales.


También el filósofo y escritor catalán Rafael Argullol, quien escribió un largo poema, "Alegato contra la codicia", tras el suicidio de un jubilado griego el pasado abril por las dificultades económicas que atravesaba, considera que el sistema no funciona y que los políticos tienen un perfil muy bajo.


Todorov, el pensador francés de origen búlgaro, premio Príncipe de Asturias, que está estos días en España presentando su libro "Los enemigos íntimos de la democracia", explica que él es un "indignado".


Opina que este movimiento que surgió en España y luego se extendió "no ha sido capaz de crear un movimiento político eficaz; pero, sin embargo, sí ha sido capaz de hacer preguntas muy importantes y fundamentales para la sociedad y el marco político".


"Y estas preguntas -añade- son cuál es el sentido de esta vida en la que estamos encerrados y cuál es el tipo de sociedad en la que queremos vivir", asegura este pensador, que reclama a su vez una "primavera europa" y "un refuerzo de las instituciones, y que se escuche a los jóvenes que están sin trabajo y sin perspectivas de vida".


El pensador y escritor Fernando Savater, que fue muy crítico con el 15-M desde que nació hace un año, y que en una ocasión se refirió a ellos como "un hatajo de mastuerzos", hoy cree que este movimiento "probablemente sirvió en su momento para reflexionar sobre política y para que sus miembros se sintieran protagonistas de unas protestas, algo que para ellos sería positivo".


"Sirvió también -continúa- como llamada de atención para mostrar que la población estaba incómoda con algunas medidas que se estaban tomando, pero para nada más", sostiene.


Para el autor de Ética para Amador", una de las frases que acuñó el 15-M, la de "No nos representan", "es una torpeza, porque la cuestión es que sí te representan y hay que saber cuál es el mejor para que te represente. Hay que tener cuidado, porque políticos somos todos, desde que hablamos y nos manifestamos".


Savater se pregunta, además, "por qué estos indignados no salieron antes a la calle, cuando todo iba bien, cuando la burbuja inmobiliaria estaba en lo alto ¿entonces no había unidad de pensamiento como ellos critican, sería lo mismo, no?", añade, este escritor que cree que este movimiento quedará en nada.


El héroe de la resistencia francesa Stépahene Hessel con su libro "Indignaos", con prólogo del escritor y economista José Luis Sampedro, uno de los intelectuales españoles que siempre ha apoyado este movimiento, y que hoy por su salud y avanzada edad no quiere conceder entrevistas, han sido algunas de las caras más visibles del apoyo a esta corriente.


Un 15-M que para algunos tiene que integrase en alguna estructura como los partidos para poder tener dialogo directo con las instituciones y que para otros, por la naturaleza del mismo, tiene que seguir creando otro clima de pensamiento que reflexione sobre otra forma de estar en el mundo, de vivir, de percibir la cultura y sobre la búsqueda de un cambio de herramientas para manejarnos.


Una corriente de pensamiento, que nace de los movimientos asamblearios y de las redes sociales, y que ha sido reunida en un libro que acaba de salir por este aniversario, bajo el título "CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española".


Miembros activos del 15-M, escritores, críticos y periodistas reflexionan en este volumen, publicado por Mondadori, sobre cómo este movimiento ha creado una brecha, un antes y un después en la cultura española, la "CT".


La cultura de la Transición es un término acuñado por el periodista Guillem Martínez, quien viene a decir que la cultura que vivimos desde la Transición hasta hoy se muere y que fue creada para "evitar cualquier posibilidad desestabilizadora y problemática".