Renovación en las instituciones

Belloch no se considera buen candidato para el Constitucional

El exministro de Justicia cree estar "demasiado contaminado por la política".

El alcalde de Zaragoza y senador, Juan Alberto Belloch
Belloch será coordinador de la Comisión de Entidades Locales en el Senado
OLIVER DUCH

El exministro de Justicia Juan Alberto Belloch ha considerado no ser "un buen candidato" para integrar un renovado Tribunal Constitucional al entender que sus magistrados deben ser juristas que "no hayan abandonado nunca el derecho como oficio". "Estoy demasiado contaminado, entre comillas, por la política", ha dicho.


En medio de los rumores sobre el nombre de los candidatos a cubrir las plazas de los cuatro magistrados que debe proponer el Congreso de los Diputados, Belloch ha sido preguntado en una entrevista, concedida a Europa Press, si estaría dispuesto a presentarse como aspirante al Constitucional.


"Sinceramente, no creo que sea la persona adecuada porque llevo demasiados años en la vida política", ha respondido Belloch, quien antes de asumir la cartera del Ministerio de Justicia (1993-1996) fue juez, presidente de la Audiencia Provincial de Vizcaya, vocal del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y fundador de la asociación Jueces para la Democracia.


Pérdida de prestigio en las instituciones


Belloch, actual senador y alcalde de Zaragoza, ha explicado que en los últimos años solamente ha visto el Derecho "de lado". "No me he dedicado al estudio del Derecho, sino que he estado metido en temas de carácter más político que jurídico y, por lo tanto, creo que yo no soy un buen candidato", ha remachado.


"Yo le tengo mucho respeto al Tribunal Constitucional", ha señalado el exministro socialista, que ha advertido de que las instituciones españolas "están perdiendo prestigio" porque no se cumplen las "condiciones reales" de la Constitución que determina nombrar juristas de reconocida competencia.


A su entender, este mandato debería referirse a "juristas de reconocido prestigio actual, no del pasado". "Si los nombramientos de nuestras altas instituciones se preocuparan de eso, seguro que funcionarían mucho mejor", ha concluido.