Exteriores

España estudia si amplía las ayudas a los expresos cubanos

La mayoría de los disidentes y familiares que siguen en España, que suman en torno a 500, se encuentran sin trabajo debido a la crisis.

Los siete disidentes llegan a Barajas.
Llegan a Madrid los siete presos políticos cubanos
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El Gobierno está estudiando si da más ayudas económicas a los expresos políticos cubanos y sus familiares que llegaron exiliados a España entre julio de 2010 y abril de 2011 con un programa de acogida por un período máximo de año y medio, que ha empezado ya a caducar para algunos de ellos.


Los subsidios que los Ministerios de Asuntos Exteriores y de Trabajo canalizaban a través de las organizaciones sociales Cruz Roja, CEAR y Accem han dejado de darse a los que vinieron en los primeros meses.


La mayoría de los disidentes y familiares que siguen en España, que suman en torno a 500, se encuentran aún sin trabajo debido a la crisis económica y a que no han podido homologar sus títulos profesionales.


Por ello, demandan al Gobierno que les siga prorrogando la ayuda hasta que consigan un trabajo que les reporte recursos para vivir.


Entre julio de 2010 y abril de 2011, salieron de la isla rumbo a Madrid un total de 115 excarcelados y 647 allegados, en virtud del acuerdo que el régimen castrista selló con el entonces ministro de Exteriores Miguel Ángel Moratinos.


El plan de ayuda que se estipuló fue por un año, con opción a una prórroga de seis meses, plazo que ya han cubierto los primeros disidentes que llegaron a Madrid.


Consistía en una ayuda de hasta 700 euros para alquiler de vivienda, una partida para manutención de unos 180 euros por cada miembro del núcleo familiar, abono transporte y cobertura médica.


Exteriores alega que fue el anterior Ejecutivo, a través de Moratinos, el que fijó el límite y las condiciones de ese programa de ayudas, sin que hubiera obligación de ampliarlo una vez concluido, han explicado fuentes de este departamento.


No obstante, el ministerio que dirige José Manuel García-Margallo está dispuesto a colaborar para encontrar una solución con el de Empleo, del que dependen los asuntos de inmigración, con el fin de que los excarcelados "no se queden desamparados".


Omar Rodríguez Saludes, uno de los excarcelados al que se le acabaron las ayudas el pasado enero, ha subrayado a Efe la preocupación por la que queda este colectivo.


"Es un momento de incertidumbre", ha confesado Rodríguez, residente en Gijón (Asturias).


Julio César Gálvez, otro de los acogidos en la primera tanda que llegó en julio de 2010, ha denunciado la misma situación: "No tengo un céntimo en los bolsillos".


"Lo único que pido es trabajo y así, en vez de recibir, podré ayudar. No se trata de que me den un pescado para comer, sino de que me enseñen a pescar", ha comparado Gálvez.


Regis Iglesias, integrante también del llamado "Grupo de los 75" que fue condenado en Cuba en la primavera de 2003, ha visto también terminada su prestación: "La ONG que me atiende me ha dicho que se han acabado las ayudas y que no hay dinero para renovarla".


Iglesias ha manifestado que "más que caridad", lo que busca es poder insertarse en la sociedad española con un empleo.


"Estamos muy agradecidos a España, y la ayuda tenía que terminar algún día, pero en el actual momento nos deja en un situación de desventaja total", ha comentado Iglesias, quien tiene a cuatro familiares a su cargo.