"No podemos esperar más tiempo porque no queremos que la crisis siga de por vida", ha recalcado el líder de los populares, para quien una prima de riesgo por encima de los 450 puntos, una rentabilidad por la emisión de la deuda en cotas que no se recuerdan, cinco millones de parados y algunos problemas más hacen perentorio abandonar "la política de la avestruz" y "dejar de esperar al león".

Este símil es el que ha empleado Rajoy en L'Hospitalet de Llobregat, en su segunda visita de campaña a tierras catalanas tras la pegada de carteles en la cercana Castelldefels, para enseñar cuánto de grave cree que está una situación económica muy dependiente de lo que sucede en los vecinos europeos.

Ante más de 5.000 personas, en un pabellón deportivo lleno desde una hora antes y en un clima de euforia que algunos dirigentes y periodistas veteranos no recordaban en un acto del PP en Cataluña, Rajoy ha lanzado sus argumentos económicos y ha invitado a una reflexión sobre la irrupción, en apenas unas semanas, de dos presidentes que no se han presentado a unas elecciones.

No les ha mencionado, pero estaba refiriéndose a los nuevos primeros ministros de Italia, Mario Monti, y de Grecia, Lukas Papadimos, dos "tecnócratas" con un estilo que no comparte Rajoy porque él está a favor de "los políticos y de la democracia".

De hecho, tal y como ha proclamado: "Los políticos son los que han hecho grandes cosas a favor de la historia".

Pues en un momento histórico, "decisivo", ha apuntado él, se encuentra el candidato del PP a la Presidencia del Gobierno, ya que las elecciones de dentro de cuatro días, en las que se vislumbra ganador por lo que cuentan los sondeos, no son una disputa ideológica o "entre partidos".

Son, para Rajoy, unos comicios en los que "está en juego no sólo lo que pueda ocurrir durante los próximos cuatro años, sino lo que pueda ocurrir en las próximas décadas".

El presidente del PP ha subrayado, lo que no es nuevo en su discurso, que la tarea que le toca afrontar a España es "gigantesca", y para solucionarla no existen ni "varitas mágicas ni pócimas milagrosas", de modo que ha advertido que quien confíe en que las soluciones lleguen "en media hora", se equivoca.

Justo tras decir esto, el líder de los populares ha manifestado su optimismo en poder superar la coyuntura igual que el Gobierno de José María Aznar superó la de finales de los 90.

Lo conseguirá gracias a un Gobierno "fiable" compuesto por "gente competente" y "buenos gestores" que sabrá "dar la talla" y que con el tiempo irá creando puestos de trabajo.

Es la prioridad, tal y como ha remarcado Rajoy, ya que de la consecución de este "objetivo nacional" dependerá la recaudación de ingresos, el fortalecimiento, o manutención al menos, de las políticas sociales, y en último término, la mejora de las pensiones, la sanidad y la educación.

Por segunda vez ha estado Rajoy en Cataluña en dos semanas, conscientes como están en el PP de que en sus cuatro provincias van a lograr un aumento de votos sin precedentes: hay encuestas que pronostican que el partido de Alicia Sánchez-Camacho se convertirá en la segunda fuerza política, por delante de CiU.

El candidato ha prometido que si gana, apoyará Cataluña, sobre todo a su tejido empresarial, algo en lo que esta comunidad es puntera.

Por su parte, el cabeza de lista, Jorge Fernández Díaz, ha reivindicado el "alma social" que los populares llevan en su "código genético" y ha hecho un llamamiento a todos los votantes "decepcionados" del PSOE.

Por su parte, la líder del PPC ha criticado que las elecciones generales representan "una oportunidad para liderar el PSOE" para la cabeza de lista del PSC, Carme Chacón, quien, ha dicho, tratará de "quitarle el sitio" al candidato del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien precisamente mañana protagonizará el acto central de los socialistas en Barcelona.