Gas, gas, gas y un poco de gasolina. La principal seña de identidad del Seat León TGI no está en su fisonomía exterior, ni en su forma de conducir. La clave de este modelo es que su fuente principal de energía es el GNC (Gas Natural Comprimido), el mismo que usamos en la caldera de casa, que almacena en tres depósitos bajo los asientos un máximo de 17.3 kg, mientras que el de gasolina es de 9 litros. Cargado hasta arriba de combustible, el motor híbrido del León TGI de 130 CV es capaz de recorrer sin necesidad de repostar 410 km con gas y 110 con gasolina.

En la prueba con HERALDO, el León demuestra que puede recorrer Aragón de norte a sur de una tirada, con un recorrido desde Zaragoza a Candanchú y vuelta hacia el sur, hasta Albarracín, en Teruel. En total 530 km, con un consumo medio de 4 kg de GNC a los 100 km. Repostamos, no obstante, en Zaragoza a la vuelta del Pirineo para hacer toda la ruta con gas y poder volver luego al punto de partida sin necesidad de echar mano a la gasolina. El gasto total de GNC fue de 21,2 kg que, a 0,9 euros/kg, costó 19,08 euros, casi un 50% más barato que si hubiéramos realizado el trayecto (Zaragoza-Candanchú-Albarracín) con un motor de gasolina y un 30% menos que con uno diésel.

Con el GNC es importante, no obstante, diseñar el viaje a priori con atención, ya que en Aragón, de momento, solo hay tres puntos de recarga de gas o gasineras y los tres están en Zaragoza capital, donde el precio medio del kg de GNC es de 0.90 euros. Según Gasnam, una asociación que fomenta el uso del gas natural y renovable en la movilidad, en España hay actualmente 80 estaciones de servicio de GNC –diferente del gas licuado de petróleo o GLP– y 32 en proyecto. La mayoría están ubicadas en Madrid y Barcelona y en las capitales de provincia más importantes del país.

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El TGI se conduce igual que un gasolina o diésel. De entrada, el motor del coche elige como prioridad el GNC y cambia solo de fuente de energía cuando lo necesita. En el cuadro de instrumentación, aparecen dos indicadores de combustible, uno de gas y otro de gasolina. Además, el TGI cuenta con dos bocas de carga en el exterior, el tiempo de repostaje de gas es el mismo y, eso sí, cuenta con un maletero de menores dimensiones: 275 litros frente a los 380 de un León no de gas en el cinco puertas. La versión familiar ST de gas ofrece 482 litros.

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Como emite menos CO2, el León TGI dispone de etiqueta medioambiental ECO, que le beneficia en aspectos como el acceso al centro de las grandes ciudades frente a limitaciones al tráfico derivadas de la contaminación, un impuesto de circulación más barato o un aparcamiento bonificado en zonas reguladas.

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