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10 diferencias del coche eléctrico frente al tradicional

No contamina, ni hace ruido, tiene una aceleración más brillante y gasta menos.

Los consumidores apuestan cada vez más por el coche eléctrico.
Los consumidores apuestan cada vez más por el coche eléctrico.

Aunque aún representa menos del 1% de todas las ventas de coches en España, el eléctrico es una realidad ya presente. No emite gases ni partículas contaminantes, no hace ruido, pero hay que vigilar y prever con atención si decidimos viajar para no quedarnos varados a mitad de camino y sin energía.

1. Silencio, se rueda.

El coche eléctrico no genera ruido dentro ni fuera del vehículo, tan solo el que genera la rodadura con el asfalto. Su conducción es más suave y silenciosa que la de un coche tradicional o de combustión, casi tipo zen. La ausencia de sonido del motor ni de vibraciones favorece el confort, pero, ¡ojo!, exige tener cuidado con los peatones que tampoco nos oyen al pasar. No produce, por tanto, contaminación acústica.

2. El coche eléctrico no tiene caja de cambios, ni embrague.

Su conducción es como la de un coche automático, una especie, salvando las distancias, de auto de choque de las ferias. La fuerza inicial que ofrece es instantánea y por ello, la aceleración es mayor que la de un vehículo de combustión.

El nuevo Kona eléctrico, sin parrilla frontal y en carrocería bitono.
El nuevo Kona eléctrico, sin parrilla frontal y en carrocería bitono.
Hyundai

3. Sin parrilla

La parrilla, esa rejilla ubicada en la parte frontal del vehículo que sirve para refrigerar el motor al dejar pasar el aire en un coche de combustión, desaparece en el eléctrico ya que no la necesita. La sustituye otro tipo de revestimiento que no deja ningún orificio libre para reducir la resistencia aerodinámica al aire. Algunas marcas de automóviles colocan elementos decorativos similares en apariencia a una parrilla para evitar una ruptura estética total con el pasado.

4. Sin gases, sin tubo de escape

Al no emplear la combustión de ningún carburante, no se generan gases que haya que expulsar a la atmósfera. Por lo tanto, el tubo de escape pierde su razón de ser. No hay contaminación atmosférica de CO2 ni de otras partículas.

5. Motor más simple.

Los fabricantes de modelos eléctricos afirman que éstos tienen un menor coste de mantenimiento que los de combustión, debido, fundamentalmente, a su mayor simplicidad mecánica. En términos económicos, el recorte de gasto puede estar en torno a un 20% respecto al coche tradicional.

6. El eléctrico gasta menos

Precio (aproximado) de recorrer 100 kilómetros:

Eléctrico. Si se recarga en casa, entre 0 euros (tarifa específica de recarga nocturna) y 1,8 euros (tarifa de recarga nocturna de 1 a 7 de la madrugada). En una electrolinera, entre 4 y 11 euros (en función de la hora y de la potencia, con tarifas que oscilan entre los 0,20 y los 0,55 euros por kWh).

Gasolina: 6,67 euros

Diésel: 5,35 euros

Gas: 2,88 euros

Híbrido: 5,33 euros

Híbrido enchufable: 2,40 euros (con un consumo de 1,8 litros a los 100 de gasolina, pero únicamente durante los 54 kilómetros de autonomía en los que funciona el sistema de asistencia eléctrica. La capacidad de este sistema es de 13,8 kWh).

Aunque es más eficaz, el precio de venta de un eléctrico viene a ser el doble que su homólogo de combustión.

7. Un freno para regenerar energía.

Los vehículos eléctricos aprovechan la energía cinética para cargar la batería tanto al levantar el pie del freno como al pisar el acelerador. Es cierto, que es algo que no ocurre normalmente en los coches de combustión o tradicionales ya que cuentan con una gran autonomía, lo que lleva a una gran pérdida de energía desperdiciada durante la conducción. En algunos modelos eléctricos, el acelerador puede utilizarse también como freno. Es decir, en el momento que levantas el pie del acelerador, el vehículo empieza a reducir la velocidad, como si apretaras el pedal de un coche de combustión. Además, si te acostumbras a aumentar y reducir la velocidad de esta forma, la carga de tu coche va a durar más ya que la misma fuerza cinética que se desprende al dejar de acelerar servirá para recargar la misma batería.

8. Seguridad

Al tener más aceleración instantánea que un modelo de combustión ofrece una mejor respuesta en determinadas situaciones de apuro ante una situación del tráfico imprevisible. En principio, ni la seguridad activa -aquella que hace referencia a las características del coche que nos ayudan a evitar un accidente-, ni la seguridad pasiva – la que se refiere a las características que nos ayudan a salir ilesos durante un accidente- son peores en un eléctrico que en un modelo tradicional. La lista de modelos con el máximo cinco estrellas que confiere la agencia europea de seguridad Euroncap es extensa: Tesla Model 3, Tesla Model S, Mercedes EQC, Audi e tron…

PRUEBA DEL TESLA MODEL 3 EN ZARAGOZA / 06/03/2019 / FOTO : OLIVER DUCH [[[FOTOGRAFOS]]]
El Tesla Model 3 Performance Dual Motor, en la prueba de HERALDO por carreteras de Zaragoza.
Oliver Duch

9. Autonomía sin necesidad de ‘repostar’

La autonomía de un coche eléctrico es uno de sus principales inconvenientes. Si queremos hacer un viaje largo, de Madrid a Barcelona por ejemplo (que hay más de 600 km), habrá que pensar en buscar un punto intermedio de recarga, ya que la autonomía media de un coche eléctrico es de unos 200 km. Uno de los modelos con mayor autonomía del mercado hoy es el Tesla Model S, que puede recorrer, en determinadas condiciones (velocidad, climatología, estado de la batería...), casi 600 km sin ‘repostar’. El eléctrico obliga, fuera de ciudad, a prever y calcular bien los puntos de recarga a la hora de realizar un viaje largo en carretera.

10. Ojo a la calefacción o el climatizador del coche eléctrico.

El uso de la calefacción o el aire acondicionado incide de forma directa en el consumo de energía en el coche eléctrico.

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