on the road

Renting, leasing o una nueva forma de revolucionar el mercado del automóvil

En España está muy arraigado el concepto de “coche propio”, pero existen alternativas que cada vez van ganando más adeptos.

Las matriculaciones de vehículos con propulsión eléctrica siguen avanzando más rápido en el renting.
Cada vez son más los usuarios que optan por el renting o el leasing.

Vivimos en una época en la que, cada vez, poseemos mayores facilidades y medios con los que poder desplazarnos de un lugar a otro. Ya sea corto, medio e incluso largo el trayecto, podemos elegir entre múltiples formas de cómo realizarlo. Desde caminar o ir en bicicleta, las más saludables y menos contaminantes, utilizar el transporte público, ya sea taxi, autobús o tranvía, hasta las más modernas como los vehículos eléctricos, entre los que destacan los patinetes de alquiler que, debido a su auge, han sido incorporados a la regulación recientemente.

Entre las formas tradicionales, usar el automóvil sigue siendo la preferida entre los usuarios. Pero, dentro de esta práctica, se están extendiendo alternativas a la compra de un vehículo nuevo. Estas son el renting y el leasing, que consisten en el alquiler de un vehículo en un periodo medio o largo de tiempo. Pero, ¿cuáles son las diferencias? ¿Qué puede salirme más rentable?

Cabe destacar que, si usted es autónomo o empresario, estas nuevas formas de propiedad tienen enormes ventajas fiscales. Sin embargo, cada vez son más los particulares que apuestan por el alquiler antes que la compra.

El renting es el alquiler de un vehículo a corto, medio o largo plazo en el que el cliente paga una cuota fija establecida por el disfrute de este. No está enfocado, a priori, a la compra final del vehículo aunque sí puede ser una opción. Por el contrario, el leasing es un tipo de alquiler que, por ley, debe ser como mínimo de dos años. En él, la finalidad sí es la compra del vehículo, aunque se pueda renunciar a ella.

Cuotas y gastos

Otra de las diferencias recae en la propiedad y gestión del vehículo. En el renting es el arrendatario quien lo administra. Es decir, el cliente debe únicamente preocuparse de repostar cuando sea necesario. En el caso del leasing es el cliente quien asume todos los riesgos, derechos y obligaciones del vehículo, como si de uno propio se tratase. Así se consideran gastos de gestión, mantenimiento, averías e incluso el seguro obligatorio del automóvil.

Así, el cliente puede mantener una previsión de gasto en el primero ya que paga una cuota fija con independencia de variaciones de inflación y tipos de interés. Por el contrario, el leasing no puede prever qué averías o imprevistos pueden surgir debido al uso habitual del vehículo.

Adquirir un coche en propiedad, en declive

Actualmente, quien necesita un vehículo tiene diversas opciones para poder disfrutar de él. Alquilarlo unos días, contratar un renting o leasing, compartirlo con otro u otros para abaratar gastos, adquirirlo en propiedad como nuevo, segunda mano… A pesar del elevado coste y gastos que supone, esta última opción sigue siendo la más utilizada hoy en día. E incluso, para ello, comprar un coche se encuentra entre los principales motivos por los que pedir un préstamo. Debido a estas alternativas, las ventas de turismos a particulares encadenan nueve meses de caída sostenida, según la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC). Este pasado mes de mayo, las matriculaciones decrecieron un 7,3% respecto al 2018, llegando a las 125.625 unidades vendidas.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión