¿Conoces bien los neumáticos de tu coche?

Interpretar correctamente el código sobre sus características permite comprender con detalle las propiedades de la goma e incluso sus prestaciones.

Las cifras presentes en las ruedas hacen referencia a aspectos como el agarre o el rozamiento.
Las cifras presentes en las ruedas hacen referencia a aspectos como el agarre o el rozamiento.

Los neumáticos constituyen una de las menores preocupaciones para los conductores. El interés que despiertan otros elementos relacionados con los vehículos no se da en su caso (salvo en lo relativo al precio), lo que se refleja en datos como que un 20% de los coches circula con los neumáticos en mal estado.

No obstante, su revisión periódica es clave para evitar accidentes. Buena parte de la población tiene dudas acerca de cuándo es el momento idóneo para sustituirlos y la gran mayoría no conoce los detalles que revelan los códigos que llevan incorporados las cubiertas de cualquier vehículo. Si estos se saben interpretar correctamente se puede obtener una información muy valiosa en lo referente a las características, comportamiento y prestaciones de las ruedas.

Además de saber cómo cambiarlas correctamente cuando se pinchan, también conviene conocer los numerosos datos que los fabricantes esculpen en los laterales de sus neumáticos, para que sean visibles de forma sencilla. De todos ellos, sin embargo, son unos cuantos dígitos y letras los que indican cómo es ese producto en concreto, es decir, las características principales que se ajustan a las exigencias de cada coche.

La agrupación de códigos esenciales en un turismo es del estilo 275/40 ZR 20 106 Y. La primera cifra se refiere a la anchura de la banda de rodadura expresada en milímetros, en este caso 275. Es fácil entender que cuanto mayor sea esa superficie de contacto con el asfalto, superiores cualidades de agarre y tracción ofrecerá el neumático, aunque también se incrementará el rozamiento y, por tanto, el consumo.

La siguiente cifra de dos dígitos, en este caso 40, indica la proporción en porcentaje entre la altura del flanco y la anchura del neumático. Cuanto menor es el número, inferior es el flanco. Se trata del concepto de perfil bajo o alto. El primero aporta estabilidad y el segundo confort, por lo que se adapta al planteamiento de cada coche, siendo inferior en un deportivo y mayor, por ejemplo, en un vehículo SUV.

La letra R (o ZR en los productos destinados a coches de altas prestaciones) identifica la construcción radial del neumático. En la actualidad todos disfrutan de las ventajas de esta carcasa, así que es una indicación común y sin demasiada trascendencia. Los siguientes dos dígitos expresan en pulgadas el diámetro interior del neumático, es decir, el tamaño de la llanta. Por lo general, en los turismos, oscilan entre las 15 y las 20 pulgadas, una dimensión que también tiene una influencia significativa en el comportamiento del vehículo, además de estar muy relacionada con el tipo de perfil que se elige.

El índice de carga aparece a continuación. Un código numérico que señala la carga máxima que puede soportar cada neumático. Si es 106, por ejemplo, llegaría a 950 kilos. Se trata de otro valor esencial en relación al tipo de vehículo, ya que son evidentes las diferentes exigencias en este sentido de un pequeño utilitario frente a las de un monovolumen de carácter familiar. La información esencial sobre el neumático se completa con la velocidad máxima que pueden alcanzar sin riesgos para la integridad del compuesto y durante un tiempo mantenido, siguiendo un orden alfabético creciente. Por ejemplo, la letra Y toleraría hasta 300 kilómetros por hora.

Además, en el neumático se pueden encontrar otros datos complementarios como la fecha de fabricación, si es específico de invierno, su homologación o si lleva o no cámara.

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