Tras las jornadas de conducción invernal, celebradas en Baqueira Beret y Sierra Nevada, Audi dio comienzo a finales del mes de abril a la temporada de formación en asfalto. Dirigidos especialmente a los propietarios de la marca, pero también al público en general, estos cursos son algo más que unas jornadas de diversión al volante. Nada que ver con otros formatos, donde el aliciente radica en dar un par de vueltas a un circuito corto, a bordo de un deportivo de renombre, pero a un ritmo tan limitado que cualquier compacto deportivo nos adelantaría sin despeinarse. Las jornadas Audi Driving Experience están enfocadas a brindar diversión, sí, pero sobre todo a mejorar el nivel de conducción y seguridad al volante, dos elementos clave a la hora de evitar accidentes.

La oferta de cursos se estructura en tres grados, Dynamic, Progressive y Sportscar. En el más básico los participantes descubrirán cómo los asistentes de seguridad del vehículo ayudan al conductor. Maniobras de cambios de peso y control del sobreviraje, frenadas con esquiva y circuitos de conos con los que trabajar dos elementos clave relacionados con la seguridad al volante: la agilidad y anticipación.

En el siguiente nivel se aprende a abordar todo tipo de curvas de la manera más efectiva. Incluye prácticas de balanceo y contrabalanceo del vehículo, así como técnicas de conducción para mecanizar reacciones al volante. Además, se efectúan vueltas lanzadas en los principales circuitos de velocidad a bordo de los modelos más deportivos de la marca, como los Audi RS 3 Sportback y Sedan, el RS 5 Coupé, o el TT RS Coupé.

La guinda del programa

El nivel Sportscar supone la guinda del programa. Se trata de un curso exclusivo, impartido en circuitos tan espectaculares como el del Jarama o Castellolí, donde ponerse a los mandos del máximo exponente de la gama Audi. Nada menos que el superdeportivo R8 V10 Plus, con tracción total y 610 CV de potencia.

Durante la jornada, y antes de pasar a la conducción en pista, se examinan las principales características técnicas del vehículo, se analizan los diferentes sectores a recorrer, y se incide en detalles propios de la conducción en circuito, como la frenada regresiva o la trazada ideal. Posteriormente, se da paso a las vueltas lanzadas donde, además poner en práctica lo aprendido, fluye la adrenalina. Las prestaciones del R8 son de infarto, la capacidad de frenada de vértigo, y su sonido capaz de erizar la piel. Toda una experiencia cuyos precios oscilan, según el nivel, entre 130 y 690 euros.

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