Que BMW puede presumir de conducción deportiva es algo que se reafirma con cada lanzamiento de su gama M. Pero más recientemente, también es sinónimo de sostenibilidad. Y no sólo por la continua reducción de consumos de sus motores, sino por explorar medios de movilidad que miran al futuro con respeto. Dentro de esta línea se enmarcan modelos como el eléctrico i3 o la nueva gama de híbridos iPerformance.

No se trata de híbridos convencionales, sino de variantes de tipo enchufable. Para todo aquel que desconozca este tipo de vehículos, un híbrido convencional combina un motor de combustión tradicional con uno o varios motores eléctricos accionados por baterías. Ambos sistemas pueden funcionar por separado o conjuntamente. Globalmente, y sobre todo en tráfico urbano, son más eficientes que un vehículo tradicional, pero cuentan con una autonomía eléctrica muy limitada. Los híbridos enchufables son similares, pero pueden recargar completamente sus baterías directamente a la red, lo que les permite disfrutar de una autonomía sin emisiones mucho mayor.

La gama híbrida de BMW se compone de tres modelos muy diferentes. El compacto 225xe, de la serie 2 Active Tourer, la berlina 330e y el todocamino X5 xDrive40e. No sólo son diferentes por concepto, sino también por sus modos de propulsión. Mientras el X5 cuenta con tracción a las cuatro ruedas, bien accionada eléctricamente, por medio del motor de combustión o por ambos sistemas conjuntamente, en el caso de la berlina ambos medios de propulsión actúan sobre el eje trasero. El Serie 2, por su parte, gana en versatilidad, puesto que se convierte en un vehículo de tracción total al accionar el motor de combustión su eje delantero, mientras el trasero funciona exclusivamente en modo eléctrico.

La combinación de ambos tipos de motores, además de eficiencia, reporta unas cifras propias de modelos deportivos. El Serie 2 equipa un motor tricilíndrico de 136 cv, combinado con un motor eléctrico de 88 cv, anotándose un consumo combinado de entre 2,0 y 2,1l/100km, en función del tipo de neumático escogido, y una cifra de aceleración de 0 a 100km/h de sólo 6,7 segundos. Su autonomía en modo eléctrico es de 41 km, y puede recargarse en un tiempo de 2 horas 20 minutos, en una toma doméstica, o bien en 1 hora 3 minutos, si se hace con una estación específica para ello. En el X5, BMW recurre a un motor de cuatro cilindros y 245 CV, además de a uno eléctrico de 113 CV. En este caso, el consumo oscila entre los 3,3 y 3,4l/100km, mientras que la autonomía en modo eléctrico es de 31 km. Su tiempo de recarga varía entre 2 horas 35 minutos y 4 horas 10 minutos, según el sistema escogido, y su cifra de aceleración es de sólo 6,8 segundos. Finalmente, en el Serie 3 se combina un motor de cuatro cilindros y 184 cv con uno eléctrico de 88 cv. Gracias a ello, su autonomía sin emisiones alcanza los 40 km, con un consumo combinado de entre 1,9 y 2,1 l/100km y una cifra de aceleración de 6,1 segundos. Los tiempos de recarga oscilan en este caso entre 1 hora 30 minutos y 2 horas 30 minutos.

Estética y precios

Estéticamente, la gama híbrida del fabricante alemán se diferencia por detalles como la parrilla en color azul, los anagramas eDrive y, claro está, por la necesaria toma de corriente para las baterías. Donde no hay variación es a la hora de adquirirlos frente a su homólogo convencional. De este modo, los modelos X5 xDrive40e y xDrive40d comparten un precio de 73.500 euros. En el caso del Serie 2 Active Tourer, el modelo híbrido 225xe se ofrece por 39.500 euros, mientras que la alternativa de gasolina, el 225i, lo hace por 39.350 euros. Finalmente, en el caso del serie 3 la diferencia es algo más apreciable. La variante híbrida tiene un precio de 45.300 euros, frente a los 42.400 euros de la versión de gasolina 330i. Una diferencia que se amortiza gracias a su menor consumo. Y es que, ya no hay excusas para ser sostenible.

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