Mazda CX-3, rápido, vivo, y de tacto tan suave como un algodón

El nuevo todocamino del fabricante japonés ofrece una movilidad sobresaliente. Su chasis y motor diésel de 105 caballos de potencia hacen de este SUV (Sport Utility Vehicle) un vehículo ágil, rápido y muy fácil de llevar en cualquier terreno. Se mueve como la seda y al volante es pura diversión. El diésel cuesta desde 21.795 euros, sin ayudas.

Del CX-3 (en nueve posibles colores) destaca en el frontal la parrilla, que se prolonga con unas alas cromadas hasta las luces.
Del CX-3 (en nueve posibles colores) destaca en el frontal la parrilla, que se prolonga con unas alas cromadas hasta las luces.
Aránzazu Navarro

Sobresaliente en movilidad. Por encima de su atractivo diseño y de sus altas capacidades tecnológicas, el nuevo Mazda CX-3 es un coche que destaca por su comportamiento dinámico, realmente superior. Su motor diésel, 1.5 Skyactiv-D, ofrece un tacto fino y suave como un algodón. El todocamino del fabricante japonés es rápido y muy ágil, pura diversión al volante, tanto sobre asfalto como sobre otras superficies. Y siempre, fácil, agradable de llevar, con un tacto refinado.


Además de las buenas condiciones para la marcha que ofrece el chasis, la clave de lo bien que rinde el CX-3 es su motor, un diésel de 105 CV que tira bien incluso a bajas revoluciones y que ofrece una buena cifra de recuperación. El 1.5 de Mazda ofrece una velocidad máxima de 177 km/h y acelera de 0 a 100 km/h en 10,1 segundos. El consumo medio, según datos del fabricante, es de 4 litros a los 100 kilómetros.


Además del diésel, el ‘crossover’ japonés se presenta con un motor gasolina 2.0, en versión de 120 y 150 caballos de potencia. La de 120 CV es siempre de tracción delantera, la de 150 CV siempre de tracción total y la diésel está disponible con ambos sistemas.


De diseño similar a su hermano mayor, el CX-5, el CX-3 mide 4,28 metros de longitud y, a pesar de su denominación, no está relacionado con el Mazda3 (resulta 13 centímetros más corto), sino que es un modelo derivado del Mazda2, con el que comparte plataforma aunque sea más alto.


En la calle, el modelo japonés se enfrenta a una larga lista de rivales, todos duros de pelar. Entre otros, tiene como competencia a los Fiat 500X, Opel Mokka, Nissan Juke, Skoda Yeti, Mitsubishi ASX, Peugeot 2008, Suzuki Vitara o el Honda HR-V.

Niveles de equipamiento

El CX-3 se presenta con dos niveles de acabado: Style y Luxury. Algunos de los elementos incluidos de serie de ambos son: climatizador automático, asientos traseros abatibles, programador de velocidad, ordenador de viaje, radio CD con bluetooth, arranque mediante botón y elevalunas eléctricos delanteros y traseros. Las llantas de aleación también son de serie, de 16 pulgadas en el Style, y de 18 en el Luxury. En el nivel Luxury son de serie elementos como las luces de Led, el navegador, el encendido automático de las luces, el head-up display (proyecta la información en una lámina de plástico) y la cámara de visión trasera.


El precio de la gama del Mazda CX-3 arranca, sin contar ayudas ni promociones, en los 20.345 euros para la versión gasolina 2.0 2WD Style. El diésel, con el mismo acabado, cuesta 21.795 euros.


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