El decano sobre el asfalto

En los primeros años de la automoción para circular por las carreteras era necesario contar con la autorización del Gobernador civil, estaban sin asfaltar y tenían que compartirse con los carros que dejaban a su paso clavos que hacían frecuentes los pinchazos. La gasolina se compraba por litros en las droguerías que se encontraban por el camino, no se podía olvidar el agua y el aceite para echar regularmente y había que hacer noche en las fondas. Viajar lejos de las ciudades en automóvil podía ser toda una aventura. Más de cien años después, uno de aquellos pioneros sigue rodando por Aragón, el Fiat Richard. Se trata, probablemente, del coche más antiguo matriculado en la Comunidad que continúa en activo. Z-14 indica la placa que le fue colocada en 1908, año en el que, por ejemplo, se celebró la Exposición Hispano-Francesa. Desde este domingo, será una de las atracciones del espacio dedicado al motor en la Feria General que se desarrolla en la Feria de Muestras hasta el próximo viernes.

"Lo encontramos en 1984 en un almacén camino de Toledo", explica Jesús Val, actual propietario del ingenio y presidente de la Asociación Aragonesa de Vehículos Históricos. "Fuimos un grupo de amigos a una feria de Madrid a buscar repuestos y, al saber de dónde veníamos, uno de los expertos con el que contactamos nos comentó que tenía un coche antiguo con matrícula de Zaragoza. Estaba en un rincón oxidado y en mal estado rodeado de cajas de fruta, lo compramos por 1.500.000 pesetas (9.015 euros), y nos lo llevamos con una grúa", relata. Actualmente sería incapaz de tasarlo. "Son muchas horas invertidas en él", justifica.

Ya en casa lo desmontaron y vieron que la restauración iba a ser larga y costosa. Val no se amedrentó, le compró a sus compañeros de aventura sus participaciones, y se lanzó a ello. Buscó piezas en varios países. Una de las más complicadas de encontrar fue la magneto, predecesora de las actuales baterías.

"El vehículo proviene de Francia, en aquel tiempo la fabricación era muy artesanal y el mayor problema era el motor, que lo suministraban las fábricas", explica. Así, desvela el por qué del nombre de este vehículo: "En la documentación, que más bien son legajos, el modelo es descrito como FIAT Richard, lo que indica que el motor era de la marca italiana y el resto fue diseñado por alguien que se llamaba Richard o que conocía a alguien con ese nombre en una circunstancia similar a la de Mercedes". La famosa marca alemana toma su denominación de la hija de un distribuidor y exitoso piloto de los primeros Daimler-Mercedes.

Entre sus peculiaridades destaca que el cambio de marchas está en el centro. Además, el embrague es de cuero y los faros, de gas. El motor cuenta con 1.200 centímetros cúbicos y desarrolla una velocidad punta de entre 30 y 40 kilómetros por hora. "Con él no suelo recorrer más que unos pocos metros para enseñárselo a la gente", reconoce.

Val, que lleva restaurando coches 45 años, cuenta con una decena de estas piezas de museo. "Todas con estribo para subir", como le gusta recalcar. El primero fue un Ford A de 1928 que adquirió con 17 años por 1.652 pesetas y con el que participó en ralis. "Lo que necesitan estos coches, como todos, es rodar y salir a la carretera para que no se deterioren", explica. Sus vehículos se han podido ver en películas como ‘La vaquilla’ y ‘Libertarias’ y el Fiat Richard, en concreto, ha aparecido en la serie ‘Gran Hotel’ y podría colaborar también próximamente en ‘Seis hermanas’.

Una treintena de clásicos

En la Feria General compartirá espacio con otra treintena de vehículos clásicos. Entre los que destacan los de la marca Ford. "Es la predilecta por los coleccionistas porque no es complicado encontrar repuestos originales", comenta Val. Junto a ellos, también habrá disponible una zona dedicada a la compra-venta.

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