DEPORTIVO

Para despeinarse

El primer Roadster de la historia de Mini es un vehículo con gran espacio para dos pasajeros y un amplio maletero. Estará animado por motores de 122 a 211 cv.

El primer modelo con amplio maletero.
Para despeinarse
HERALDO

El Mini Roadster es el sexto modelo de la gama actual del fabricante británico. Un vehículo creado para generar nuevas tendencias en el segmento de los coches pequeños. La interpretación típica de Mini de un descapotable biplaza compacto irradia deportividad pura e invita a conducir por la ciudad con la capota abierta. Los potentes motores y la avanzada tecnología de su chasis, de reglaje específico para este modelo, garantizan un comportamiento similar al de un kart, algo típico de los automóviles de esta marca. La clásica capota textil se puede abrir y cerrar manualmente de manera muy sencilla y rápida o bien de forma semiautomática, si se opta por este equipamiento.


La aplicación auténtica de las típicas formas de Mini en un modelo de proporciones correspondientes a un biplaza descapotable consigue que el primer modelo de este tipo en toda la historia de la marca tenga una imagen inconfundible. El Roadster tiene una silueta elegante y alargada, sin importar si la capota está abierta o cerrada. En el paso entre el techo y la zaga se puede apreciar claramente que se trata de un automóvil de tres volúmenes. El maletero de 240 litros de capacidad está separado ópticamente con toda claridad del habitáculo. Adicionalmente, cuenta con un paso entre el maletero y el interior del coche detrás de los asientos, lo que aumenta la versatilidad del Mini Roadster.


Cuando se lance al mercado, se ofrecerá con cuatro motores de gasolina y diésel. El margen de potencia cubierto empieza con los 122 cv del Cooper, pasa por los 143 del Cooper SD y los 184 del Cooper S y llega hasta los 211 del John Cooper Works, el modelo más deportivo de la gama.


Diseño


Las tensas superficies de expresión atlética, la armonía de los elementos redondeados y las líneas paralelas, el marco del parabrisas (13 grados más inclinado que el del Cabrio), el corto habitáculo concebido desde un principio para dos personas y, además, la zaga de trazado horizontal retoman, en su conjunto, las formas típicas de Mini. El Roadster parece ser más largo de lo que es, gracias a la línea de la cintura, de trazado ascendente en toda la carrocería; al maletero, que forma un volumen adicional en el coche; y a la baja silueta del conjunto, aunque la capota esté cerrada. Al mismo tiempo, cuenta con diversos detalles de diseño que acentúan su pertenencia a la marca. Así sucede con el perfil hexagonal de la parrilla, el marco negro circundante en la zona inferior de la carrocería, los listones y marcos cromados, los grandes faros redondos, los pilotos posteriores montados en los extremos laterales de la zaga y los llamativos marcos de las luces intermitentes laterales que se encuentran en las chapas delanteras del coche.


La capota textil es un ejemplo más de la lograda aplicación del auténtico diseño de Mini en un concepto automovilístico diferente. Cuando está cerrada, el techo tiene forma de cascada, que se va ensanchando en la parte inferior. Este diseño acentúa una característica propia de todos los Mini: el aplomo con el que se apoya la carrocería sobre las cuatro ruedas. Al abrirla, la capota se pliega varias veces hasta quedar detrás de los asientos, manteniéndose así la línea alargada del coche, sin utilizar una funda adicional.