Por lo visto, de pequeño ya jugaba con tractores en Bañón. ¿El campo se lleva en la sangre?

Sí. Mi madre dice que me pegaba tardes enteras con un tractor de pedales haciendo maniobras con un remolque. A mi abuelo ya no le dejaban ir con el tractor porque estaba mayor y me decía: "¿Vamos a ver a tu padre?". Luego nos echaban la bronca. Siempre digo que soy agricultor vocacional.

Sin embargo, acabó en la Universidad de Valencia estudiando Sociología.

¿Tuvo dudas?

No. Fui al colegio en Calamocha y al instituto en Monreal del Campo y quería seguir formándome. Nunca dejé el campo porque estaba tres días en Valencia y el resto trabajando en la explotación. Cultivo cereales de secano y tengo una granja de cebo de cerdo.

¿Empezó a trabajar con su padre por obligación?

No. Somos tres hermanos y yo soy el mayor y el que más ha ido al campo con diferencia. Mi madre cuando estaba en el instituto me castigaba con no ir al campo si no estudiaba y sacaba buenas notas. Llegaba el viernes y yo cogía el tractor y lo que hacía mi padre lo hacía perfectamente. Podía haber verbena un sábado que yo no me quedaba porque el domingo por la mañana quería ir al campo.

Se matriculó en la doble titulación de Sociología y Ciencias Políticas. ¿Hoy en día hay que saber política para ser agricultor?

Siempre me ha gustado la Historia, la Filosofía, la Economía y la Política. Cuando acabé Sociología y cogí las riendas de la explotación vi que me permitía analizar muchas cosas del medio rural que me sirven como herramienta para vivir en un pueblo y trabajar en la agricultura. Llegó un punto en que se me hacía muy cuesta arriba trabajar y estudiar y Políticas me la dejé a distancia. Voy poco a poco.

¿Sigue viviendo en Bañón?

Ahora mismo en Calamocha. En Bañón hay censados 150 habitantes y en invierno durmiendo, 100. Aquí solo puedo alquilar una casa gigante de cuatro plantas y los pueblos son muy fríos en invierno. Se debería trabajar mucho en la vivienda para que los jóvenes se queden en el medio rural.

Es el nuevo coordinador de las Juventudes de COAG en España. ¿Tiene vocación política?

No llevo ninguna idea de ser político. Simplemente me considero una persona comprometida, defiendo el sector agroalimentario porque creo que tiene mucho futuro y es un sector estratégico.

¿Por qué cree que no es un sector atractivo para los jóvenes?

Es una profesión muy diferente porque no tienes horarios fijos.

Ni fiestas...

Pero también te permite organizarte mejor. Dependes del tiempo, eso sí, que no es nada seguro y luego, creo que la sociedad tiene una imagen de la agricultura bastante anticuada. Se piensa que el sector no es nada moderno y la agricultura puede ser uno de los más innovadores. Tenemos un montón de nuevas tecnologías y no solo en maquinaria y GPS, sino también en formas de siembra, en tratamientos...

¿Todo esto se lo contaba a sus compañeros en la universidad?

Sí. Cuando estaba en Valencia no se creían que fuera agricultor porque soy un joven normal, como ellos. Esperaban que viniera con una boina porque hay un estereotipo muy marcado. En el colegio te enseñan que la energía es un sector estratégico, pero nadie te enseña lo que es la alimentación, lo más básico y necesario que tiene un ser humano.

¿Ayudan los huertos urbanos?

Me parece necesario que la gente de la ciudad reconecte con lo que había olvidado un poco: cultivar la tierra, hacer tus tomates, tus verduras porque eso crea mucha conciencia de lo que cuesta producir alimentos y su importancia.

¿En vacaciones busca asfalto?

Siempre que puedo viajo. Me gusta mucho el mar, hago surf, me subo al Pirineo o hago turismo por ciudades en Europa.

¿Y por el camino va mirando qué cultivos hay?

Eso sí (se ríe). Mi novia me dice que soy muy pesado porque voy diciendo "mira qué trigo tienen aquí" o "mira qué mala cosecha".