Los antenistas estiman que el 95% de las comunidades ya se han adaptado a la nueva fase de la Televisión Digital Terrestre (TDT), que obliga a llevar a cabo intervenciones en los edificios que tienen instalado un sistema de antena colectiva basado en monocanales o en una centralita programable. La mayor parte de las vecindades afectadas han culminado las actuaciones, cuando quedan poco más de una semana para el plazo marcado por el Ministerio de Industria. Aquellas comunidades que todavía no hayan adaptado sus equipos se arriesgan a no ver la televisión con normalidad a partir del 31 de marzo, cuando se producirá la liberación del dividendo digital para que una parte de las frecuencias que ahora utilizan los canales de televisión se empleen para la redes de telefonía móvil 4G.

A estas alturas prácticamente todos los edificios han ejecutado las reformas, lo que, según los profesionales, evidencia que el plazo inicial que marcó el Gobierno resultaba imposible de cumplir. Cabe recordar que el Ejecutivo central pretendía completar el proceso al cierre de 2014, por lo que fabricantes e instaladores se vieron desbordados. Finalmente la fecha se retrasó tres meses.

José Luis Mateo Gonzalo, presidente de la Asociación Provincial de Instaladores Electricistas de Soria (APIES), ratifica que la situación está muy avanzada. Actualmente hay material "de sobra" y se está trabajando "con total normalidad" en las "últimas" comunidades de vecinos. "Podemos decir que se ya se han realizado las actuaciones en el 95% de las que lo solicitaron", indica. Según expresa, quedan pendientes edificios "por desconocimiento" de los inquilinos o por cambios a primeros de año en la presidencia de las comunidades. De ahí que la agrupación, en la misma línea del ministerio, haga un último llamamiento para que los afectados pidan presupuesto a las compañías instaladoras oficiales (puede consultarse el listado en www.televisiondigital.es) y ejecuten los cambios necesarios.

No en vano, el departamento que dirige el ministro José Manuel Soria puntualiza que para obtener la subvención pública es de obligado cumplimiento justificar la actuación con el sello de la empresa autorizada.

Las intervenciones, dependiendo de la comunidad, oscilan en tiempo entre media y dos horas. Son, básicamente, de tres tipos: colocación de los módulos, programación de la central o sustitución de los monocales por central programadora, según indica el presidente de la agrupación provincial de profesionales. Para finalizar, APIES pide celeridad al Gobierno para llevar a cabo el pago de las ayudas a las comunidades de vecinos pese a que las empresas instaladoras facturan en cuanto culminan los trabajos.