Los ancianos del medio rural tienen más riesgo de sufrir desnutrición

"Abusan de alimentos preparados, latas, fritos y embutidos" y esto incrementa la incidencia de algunas patologías; el 45% de los mayores que viven solos no come de forma adecuada.

Un grupo de ancianos en un municipio soriano, en una imagen de archivo
Un grupo de ancianos en un municipio soriano, en una imagen de archivo
Luis Ángel Tejedor

En un anciano, un estado nutricional insuficiente se asocia a complicaciones potencialmente severas que afectarán a su calidad de vida. Estudios recientes revelan que el 45% de las personas mayores que viven en sus domicilios no realiza una dieta saludable, lo que explica que cerca del 35% de la población anciana que reside en casa está en riesgo nutricional, y que un 7% está desnutrido. Por ello el envejecimiento se asocia a un riesgo hasta tres veces mayor de presentar desnutrición.


La Diputación Provincial de Soria, a través de los trabajadores sociales de sus Centros de Acción Social (CEAS), realizó un sondeo sobre la población mayor al detectar índices elevados de obesidad, hipertensión, colesterol y otras enfermedades, algo "íntimamente ligado a la alimentación". Esto les hizo plantearse un programa de prevención de enfermedades que incluye talleres de alimentación para envejecer de forma saludable y que realizan con la ayuda del gabinete de nutrición de Patricia Romero. Los cursos informativos ya han comenzado con notable éxito en Monteagudo de las Vicarías y en Covaleda, y se extenderán por el resto de centros hasta que concluya el año.


Una de las cuestiones más relevantes que detectaron a través de los CEAS es que este sector de la población "abusa de alimentos preparados para microondas, latas, fritos, embutidos y del pan en exceso". Son problemas que se manifiestan principalmente en el medio rural, al tener "más limitada la disponibilidad de algunos alimentos frescos" y el "acceso a la información". No obstante, indica la especialista en Dietética y Nutrición Patricia Romero, en los pueblos también se está supeditado a la "estacionalidad" de los productos hortofrutícolas, "de muy buena calidad cuando los hay, al igual que los embutidos", pero cuyo "consumo diario está condicionado" por esta circunstancia. La estacionalidad, unida a los servicios ambulantes por los pueblos, propicia un "encarecimiento" de los productos que no son de temporada. Huelga observar las exiguas pensiones de muchas de estas personas. Así, su "consumo disminuye mucho y se tira más del aprovisionamiento".Aprender a alimentarse bien

Los talleres de la Diputación se centran en tres aspectos, como explica Romero. En una primera parte se les ofrece "una charla explicativa teórica de qué es lo fundamental, no de lo que sobra si no de lo que les puede faltar" desde el punto de vista nutricional en su dieta. A los participantes se les da una tabla de cómo pueden realizar una dieta saludable. En la segunda parte "se familiarizan" con los alimentos, con las distintas formas de prepararlos y la comparación de lo que ingieren en cuanto a hidratos de carbono, azúcares, sal y proteínas dependiendo del proceso. Finalmente, se realiza una sesión de cocina en microondas, donde "les enseñamos su uso, no sólo para calentar sino para cocinar de forma rápida, saludable y que, además, está rico". Les aportan una "batería de recetas para microondas" que van desde los cuatro a los 15 minutos de cocción, lo que les facilita el acceso a una dieta saludable con menos esfuerzo.


Todo el proceso explicativo dura aproximadamente dos horas y se desarrolla en una misma jornada. Además, los propios participantes han expresado su deseo de que estos talleres puedan repetirse, tal es su éxito. Por el momento se seguirá un calendario para poder llevar estos conocimientos a los diferentes puntos de la provincia.Efectos adversos

En opinión de la nutricionista soriana, "quizá las mujeres -más acostumbradas a llevar la carga de la casa en el medio rural- descubren una manera de cocinar con menos aceite y grasas, además de un procedimiento que les soluciona mucho, porque se mancha menos y el tiempo se reduce". La especialista observa que convendría "que se animaran más ellos, los varones, porque presentan otra tipología y otro perfil". Mientras que las féminas "sí están acostumbradas a comprar y a gestionar la cocina, ellos son quizá los que peor comen porque tiran mucho de latas y embutidos". Por eso le gustaría "animar" a los hombres a que participen en estos talleres de "cocina sencilla" para que puedan nutrirse bien.


Porque cuando la dieta no cubre las necesidades de energía, proteínas y otros nutrientes se desarrolla una situación de riesgo nutricional con pérdida involuntaria de peso. Ésta deriva, finalmente, en un cuadro que genera efectos adversos medibles que implican alteraciones funcionales o clínicas, y que pueden cursar con empeoramiento de enfermedades crónicas y afectación de la calidad de vida de los más mayores. De hecho, cuando la cantidad óptima no se alcanza, las consecuencias son múltiples: riesgo de pérdida de masa muscular -deterioro funcional y dependencia-, alteraciones en la función inmune -riesgo de infecciones-, mala cicatrización de heridas, etcétera.


Además, los requerimientos nutricionales de las personas mayores son mucho más exigentes de lo que puede parecer. A igual peso corporal, un anciano necesita un 25% más de proteína que un adulto.