Las marionetas se adueñan del Parque Grande

Parque Primo de Rivera, Parque Grande y, durante las fiestas del Pilar, Parque de las Marionetas. El pulmón verde de la ciudad se ha convertido en un espacio festivo y teatral que recuerda a las viejas ferias de barracas en las plazas y descampados de las ciudades, de finales del siglo XIX. Además de asistir a las funciones al aire libre se puede escuchar música en el quiosco, comprar títeres en los artesanos, ver las marionetas callejeras… "Es un espectáculo único en el país. Recuperamos el espíritu de animación, con distintas compañías, nacionales y del extranjero que muestran diferentes propuestas. Todos son como una gran familia", presenta Laura Contreras, miembro de la Asociación de Empresas de Artes Escénicas y Aragón que organiza esta actividad con la colaboración del Ayuntamiento.


Adolfo Ayuso dio forma a esta creación en 1999. Entonces, las figuras de trapo y madera cobraban vida en el Parque Pignatelli. Hace tres años se trasladaron a su actual ubicación, donde padres y niños disfrutan de un magnífico espectáculo que ha atraído durante estas fiestas a una media de 5.000 espectadores diarios. El escenario infantil invita a sentarse en el césped. Dentro, Ferrán Cardama abre la jornada vespertina con un teatro de objeto. Este argentino de Buenos Aires convierte en seres animados los zapatos. "Los zapatos visten y también transmiten sensaciones", comunica al público, concentrado en sus manos. Cerca se preparan Che y Moche, una compañía zaragozana encargada de dar la nota musical en el quiosco. La orquesta Cingorazana invita a darse una vuelta por los cinco puestos de titiriteros y cuatro de artesanos -con la presencia de los aragoneses El País de Nunca Jamás-, sorteando a malabaristas y personajes con piernas larguísimas. Al lado, Julien, cabeza visible de La Toupine, termina de componer su carrusel de madera construido con troncos del Ródano. Es un hombre multifunción: canta, toca el piano, acaricia el acordeón… Los artesanos flamencos Mieke y Chris Geris -Plansjet- se apresuran a colocar sus títeres bailarines, tallas de madera, realizadas por ellos mismos, que cobran vida al son de la gaita, la flauta, el tamboril...


Además, cinco barracas, con frontales pintados por Ignacio Fortún, invitan a descubrir un nuevo mundo: el inglés Rod Burnett muestra a Punch&Judy, títeres con guante en el Palacio de los Prodigios; los catalanes Rai y Toni Zafra juegan con el hilo en el Teatro Melodías y la Carpa Bagdad, respectivamente; Pingaliraina presenta su cuentacuentos en la carpa Cabeza Parlante; y Teatro de Medianoche sorprende con sus sombras en el Salón de los Sueños.