Las políticas municipales emprendidas en Orés atraen a cinco familias con hijos

El Ayuntamiento de esta pequeña localidad desarrolla desde hace años iniciativas para fijar población y favorecer la llegada de nuevos habitantes.

Los niños que viven en Orés se desplazan a diario en una furgoneta al colegio de Ejea.
Los niños que viven en Orés se desplazan a diario en una furgoneta al colegio de Ejea.
N. Barceló

"Tenemos esperanza porque Orés está vivo, estamos trabajando dentro de nuestras posibilidades y somos optimistas". Para Antonio Campos, el alcalde de Orés, contar en este momento con más de una docena de niños en edad escolar representa su mayor orgullo. Esta población cincovillesa tiene un centenar de vecinos censados, pero de ellos solo 60 residen habitualmente. Sin embargo, cuando hace varios años se encendió la luz de alarma, la población estaba por debajo de los 40 habitantes y una buena parte de ellos contaba con una edad avanzada.


La política de apoyo desarrollada por el Ayuntamiento para atraer nuevos vecinos ha conseguido atraer a cinco familias jóvenes que se han instalado con sus hijos. "Con nuestros modestos recursos, hemos intentado favorecer a la gente que tenía interés por vivir aquí. No es fácil y hay que ser cauteloso pero hace ya unos años que los niños han vuelto a jugar en las calles de Orés".


Indra y Enrico llegaron a Farasdués través del programa Abraza la Tierra pero hace tres años que recalaron aquí con sus dos hijos. Se ocupan del albergue pero además Enrico está contratado por el Ayuntamiento a media jornada y realiza las tareas de alguacil.


"La residencia de mayores proporciona trabajo a cinco personas, una de las trabajadoras también llegó con sus hijos. Tenemos otra familia en la que el padre se dedica a la albañilería. En realidad llegaron con sus tres niños buscando una casa de vacaciones pero Orés les gustó y se quedaron. Ahora se ocupa de muchos de los trabajos que van surgiendo en el pueblo", detalló el alcalde citando también a otra familia de inmigrantes marroquíes, asentada con sus dos niños.


"Hay un artesano del vidrio que se ha interesado por nosotros y quiere instalar aquí su taller como también lo hizo Fernando Lafuente con su proyecto Proyectorés, que impulsa el desarrollo de talleres y cursos formativos utilizando técnicas de construcción sostenibles y tradicionales".

Viajes a la escuela

Hace muchos años que cerró la escuela del pueblo. Una furgoneta recoge cada mañana a los chicos de Primaria y los lleva al colegio Mamés Esperabé de Ejea. Los propios padres se encargan de llevar a los alumnos de Secundaria hasta Asín, donde toman el autobús de la ruta de Luesia hasta Ejea. "La escuela cerró en los años 70 y ahora podríamos reabrirla, pero tanto los chicos como los padres están muy contentos así. La verdad es que la relación con Ejea es muy estrecha".


Para el alcalde resulta fundamental el esfuerzo que se está realizando para promocionar la población. "En los últimos años ha resultado muy importante el movimiento de voluntariado que se ha producido en general y en particular desde la asociación La Charata. Gracias a la treintena de voluntarios que hay se conoce a Orés, somos capaces de atraer gente y tenemos un festival de magia, la próxima edición será el 4 de junio, que es una referencia en la provincia de Zaragoza y que en la última edición atrajo a 1500 personas. Hemos encontrado un motivo para venir a Orés".


En los últimos cinco años, la comarca de las Cinco Villas ha perdido 2.223 habitantes. Los datos reflejan que la densidad demográfica en este territorio es de 3,7 habitantes por kilómetro cuadrado, salvo en Ejea y Tauste. La Asociación para el Desarrollo y Fomento de las Cinco Villas (Adefo), para dar la vuelta a estos datos, ha impulsado la constitución de la mesa contra la despoblación, con la intención de fijar población y potenciar la instalación y acogida de nuevos habitantes.

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