Las obras del castillo de Lituénigo se retomarán tras ocho años paralizadas

El pleno adjudica la rehabilitación del edificio medieval tras desbloquear los problemas que determinó Patrimonio.

El torreón se incluyó entre los problemas vistos por Patrimonio.
El torreón se incluyó entre los problemas vistos por Patrimonio.
N. B

Tras ocho años de paralización, las obras en el castillo de Lituénigo son inminentes. El pleno del Ayuntamiento ha adjudicado esta semana los trabajos para ejecutar una primera fase de la rehabilitación de este edificio medieval.


En su día, la Asociación de Amigos de los Castillos de Aragón presentó una denuncia, y "tras muchos trámites y papeleos con la Dirección General de Patrimonio, hemos podido desbloquear el tema", resume el alcalde de Lituénigo, Alberto Negredo. Lo que se va a hacer es solucionar los problemas que señaló Patrimonio en el verano de 2014, cuando dio su visto bueno al proyecto, "como la eliminación de un pequeño voladizo y rebajar un poco el torreón del castillo". El dinero que sobre se destinará al refuerzo de la estructura y al saneamiento de las bajantes.


Tras la inversión inicial de 240.000 euros realizada hace años, ahora se van a invertir 60.000 euros gracias a una subvención procedente de la Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ) otorgada en 2015. "Los pequeños municipios no tenemos ingresos fijos, así que dependemos siempre para la financiación del Gobierno de Aragón y de la DPZ. Ambos han recortado bastante las subvenciones, pero seguiremos peleando. Lo importante es que empezamos, que no es poco después de ocho años de paralización de las obras", dice Negredo.Un alojamiento con encanto

El objetivo a largo plazo sigue siendo el mismo: convertir el castillo en un alojamiento con encanto que ofrezca, además, servicio de restaurante con capacidad para un máximo de cincuenta personas. "Es un camino bastante largo, ya que la obra restante está valorada en unos 700.000 euros", indica el alcalde de Lituénigo.


El Ayuntamiento de este pequeño pueblo de la comarca Tarazona y el Moncayo apuesta por este proyecto en la histórica fortaleza porque lo considera "fundamental para el municipio", ya que así lo dotará de unos servicios que actualmente son casi inexistentes. "La gente que nos visite se podrá quedar a dormir, ya que hoy en día tenemos únicamente una casa rural que en bastantes ocasiones se queda escasa para la demanda. El tema de restauración lo vamos supliendo con el bar que hay en el municipio, pero la intención es afianzar el servicio y ampliarlo", explica Alberto Negredo.


Cuando finalice la restauración por completo, el inmueble podría contar con un restaurante en la planta calle y dos apartamentos y seis habitaciones dobles, emplazadas en las plantas primera y segunda, una de ellas adaptada para personas con movilidad reducida. Aunque para eso todavía habrá que esperar unos cuantos años.


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