Las comuniones cuestan ya un mínimo de 2.000 euros por celebración

La Unión de Consumidores advierte de que la ceremonia se ha convertido "en sinónimo de ostentación" pese a la crisis.

Celebrar una comunión cuesta ya un mínimo de 2.000 euros. El traje, el restaurante, las fotos y el viaje obligan a muchas familias a hacer malabares para no comprometer su economía. El problema, como explica el presidente de la Unión de Consumidores de Aragón (UCA), José Ángel Oliván, es que se han convertido "en un elemento de ostentación", unas bodas a pequeña escala que incluso llevan a algunas familias a endeudarse.

Este año, el precio de trajes y restaurantes se ha encarecido "hasta un 5%". "Hablamos de un mínimo de 2.000 euros por hijo. Bajar de esta cantidad significa que se han aplicado medidas de ahorro, como recurrir a trajes de segunda mano o confiar las fotos a un conocido", apuntó. Lo habitual es rebasar esta cuantía, ya que solo el menú del restaurante cuesta una media de 65 euros por invitado, según datos de la UCA.

Las tiendas ofertan vestidos de 1.300 euros y los restaurantes, menús de 80. Lo hacen "porque hay demanda". Esto hace que, en muchos casos, el gasto se dispare. "No hay un máximo. A menudo, esto suele ser cosa de los padres, los niños son mucho más sensatos", aseguró. Quienes busquen vestidos económicos encontrarán opciones desde 300 euros, aunque los hay que alcanzan los cuatro dígitos. Lo mismo ocurre con los restaurantes, ya que no es lo mismo pedir bogavante que merluza. El presupuesto también aumenta –y de qué manera– si se añade un viaje al listado. El destino estrella sigue siendo Disneyland París, aunque hay otras opciones, como Port Aventura.

Oliván aboga "por la sensatez" y por recordar "qué se está celebrando". Sus palabras coinciden con las del juez Calatayud, que esta semana recomendó "mesura" con los convites y alertó de que se estaba poniendo el listón "demasiado alto". A la hora de regalar, la electrónica gana por goleada, aunque el colectivo no recomienda la compra de móviles y tabletas. Sí es una buena opción "mancomunar regalos". "Hay que buscar cosas que interesen al comulgante", razonó. Oliván propone incluso "ayudar a la familia a hacer frente al gasto general" (es habitual que los abuelos se ocupen del traje o de los complementos).

Para quienes se decanten por el efectivo, la tónica es similar a la de las bodas. "Lo habitual es aportar el coste del cubierto", añadió.

A su parecer, el presupuesto medio ha aumentado, aunque "por sectores". "Quienes ya han superado la crisis tienden a gastar más. El resto sigue conteniéndose", aclaró. Lo importante, en su opinión, es que la celebración "se ajuste a la situación económica de la familia". "Y si no queda más remedio que endeudarse, se han de evitar los créditos rápidos", dijo.

El número de invitados, origen de no pocos quebraderos de cabeza, es otro elemento que ha de tenerse en cuenta. Aunque hay celebraciones que se acercan al centenar de invitados y nada tienen que envidiar a las bodas, la tendencia es quedarse "con los allegados". "Todo depende del precio del cubierto. No es lo mismo invitar a 90 personas a un aperitivo en el parque que a un menú de tres platos", recalcó Oliván.

Una fiesta por lo civil

Más llamativas son las llamadas comuniones civiles. "La diferencia es que no hay una ceremonia religiosa y que el niño no va vestido de marinero o almirante. Suelen ser más modestas", indicó Oliván. Aunque en Zaragoza hay casos, representan una minoría. "Se dan en familias que tienen necesidad de celebrar que sus niños dejan de serlo y se convierten en adultos, algo común a todas las culturas. Suelen ceñirse a un convite o a un viaje", aseveró.

Quienes optan por la fórmula tradicional tienden a preparar el gran día con prácticamente un año de antelación. Lo primero es reservar el restaurante, ya que los establecimientos más demandados tardan "días" en colgar el cartel de completo. Escoger el traje también lleva meses en la mayor parte de los casos. En estos y otros casos, la UCA recomienda "desconfiar de los falsos profesionales, descartar a aquellas empresas que operen el margen de la legalidad y leer siempre todos los contratos antes de firmar". Asimismo, es aconsejable pedir justificante si se adelantan pagos en concepto de reserva.

Aunque la UCA invita a los padres a "dar ejemplo" y a hacer partícipes a sus hijos de un consumo responsable, hay familias que "siguen tirando la casa por la ventana" y priman "la ostentación frente a la celebración".

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