Las colisiones frontales en las nacionales suponen el 70% de las muertes en carretera

AEA y RACE apuntan que el gran riesgo de las vías de Soria sólo se eliminará con las autovías.

Accidente registrado el 26 de abil en la Omeñaca, en la N-122, en el que dos personas perdieron la vida
Accidente registrado el 26 de abil en la Omeñaca, en la N-122, en el que dos personas perdieron la vida
Luis Ángel Tejedor

El 70% de las personas que han perdido la vida este año en Soria en un accidente vial se vieron involucradas en colisiones frontales y frontolaterales registradas en vías de titularidad estatal, las más transitadas, y sin desdoblar, lo que pone de manifiesto que la deficiencia en autovías que padece la provincia es un factor multiplicador del riesgo de morir sobre el asfalto. Las asociaciones de automovilistas AEA y RACE destacan en declaraciones a HERALDO que la mejor política de seguridad y reductora de los niveles de accidentalidad para carreteras que soportan una gran intensidad de tráfico es la inversión en infraestructuras que descongestionen y hagan confortable la circulación para minimizar los riesgos que de por sí encierra ponerse al volante. Fundamentalmente, la conversión en autovías de aquellas nacionales cuyos niveles de desplazamientos y datos de siniestralidad lo piden a gritos.


Es el caso de la N-122, que exige transformarse en autovía, actuación que reduce enormemente la mortalidad. En esta carretera han perdido la vida en lo que va de año seis personas, cuatro en tres choques frontolaterales y dos por salidas de vía en Langa de Duero y Soria. Sin embargo, la N-234, que ni siquiera se ha contemplado como vía de alta capacidad, tampoco se queda atrás en riesgo: cuatro muertos este año en dos brutales impactos por sendas invasiones de carril. El primero en Alconaba por un adelantamiento (tres fallecidos) y el segundo en el término de la capital, cerca de la rotonda del Caballo Blanco, por el impacto frontolateral entre un turismo y un camión. A su vez, la SO-20, la circunvalación que arranca en Cadosa, se cobró una nueva vida en junio por un choque frontal entre un turismo y un camión de reparto. En total, nueve personas han muerto en 2016 por choques frontales (cinco) y frontolaterales (cuatro), el 70% de las 13 muertes en total. Las otras cuatro se deben a tres salidas de vía (las dos de la N-122 y otra el martes en la CL-116) y el impacto de un camión a una furgoneta averiada en la A-2.


El director de Seguridad Vial de RACE, Tomas Santa Cecilia, advierte de que una de las principales características de las carreteras sorianas es la "escasez de autovías", lo que es un lastre. "Las carreteras sin desdoblar son dos o tres veces más peligrosas que las desdobladas". Por "la sencilla razón", evidencia, de que existen cruces al mismo nivel y se producen adelantamientos que obligan a circular por el carril del sentido contrario, sin olvidar la posible presencia de animales al no ser obligatorio instalar vallas en el perímetro de las carreteras nacionales. Al igual que la presencia de camiones o incluso maquinaria agrícola. Pero además, "estas carreteras tienen un trazado totalmente diferente al de las autovías de nueva generación", escasamente curvas, con un estado y conversación del firme distinto y una mejor señalización.


Todo ello hace, indica Santa Cecilia con clarividencia, que "las posibilidades de sobrevivir en una carretera convencional son mucho menores que en una autovía o autopista" ya que actualmente los accidentes más graves, los que dejan mayor número de víctimas, "son frontales y frontolaterales". Y éstos, que son mayoritarios en Soria, con autovías "no sucederían".


También pone de manifiesto una circunstancia genérica, sin atender a territorios, que dice ser clave: el vehículo. "Al circular no se comporta igual un coche moderno que uno antiguo y en caso de accidente no nos salva la vida de la misma manera uno de hace 20 años que uno de ahora".


En la misma línea, el presidente de Automovilistas Europeos Asociados (AEA), Mario Arnaldo, antepone el de las autovías como el componente más trascendental en materia de mortalidad. "El único factor que está explicando a lo largo del tiempo la reducción o el incremento es el de la inversión en infraestructuras", indica. Su análisis es claro: "1989 fue el año más álgido en España con 6.000 muertos. ¿Por qué a partir de ahí se produce una disminución, que además es paulatina? Muchos lo han querido atribuir al carné por puntos o a la reforma del Código Penal pero la verdadera razón por la que se ha reducido la mortalidad, que no la accidentalidad, es básicamente por el desdoblamiento de la red de carreteras".


Arnaldo explica que desde entonces, cientos de tramos de carreteras de todo el país de doble sentido se desdoblaron. Vías convencionales en las que la maniobra de adelantamiento deja aún decenas de muertes cada año. "Ése es el problema que hay en Soria y en otras provincias", reconoce antes de apuntar que "el tipo de accidente que más muertos produce" es la colisión frontal o frontolateral de dos vehículos en un adelantamiento. "Es el impacto más violento".


En este sentido, recuerda que el riesgo de colisión frontal y por ende de fallecimiento directamente "se elimina" cuando una convencional se convierte en autovía. Pero además no de manera temporal sino "para siempre".


Como ejemplos, marca la "drástica reducción" que significó el desdoblamiento íntegro hace ya más de diez años de la Autovía de la Plata (Sevilla-Gijón) y la construcción de una autovía en la comarcal C-501 de Madrid (de la capital hacia el oeste), en la llamada Ruta de los Pantanos. Ambas presentaban índices muy trágicos que han desaparecido prácticamente por completo.

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