Las cigüeñas se han convertido en un "auténtico problema" para los vecinos de Ejea

La especie se ha adueñado de varios edificios emblemáticos, como la Iglesia de San Salvador o la Torre de Santa María y desde el ayuntamiento solicitan ayuda.

Nidos de cigüeñas en Ejea de los Caballeros
Las cigüeñas se han convertido en un "auténtico problema" para los vecinos de Ejea
M. N.

Las cigüeñas se han convertido en un “auténtico problema” para los vecinos de Ejea de los Caballeros. Esta especie protegida decidió instalarse en esta localidad zaragozana hace varios años y han colonizado muchos de los edificios emblemáticos. Desde el Ayuntamiento señalan que “hay muchas zonas del casco urbano que están totalmente saturadas por estas aves”.


Anidan en los tejados y alrededor de las antenas. Según la portavoz del equipo de gobierno, Juana Teresa Guilleme, “colocan el nido en los aleros de los edificios y el peso hace que en algún caso se hayan caído a la vía pública, como en el edificio de Telefónica, situado junto al mercado, aunque no ha habido que lamentar daños personales”.


A nivel municipal, el Ayuntamiento ha tratado de instalar mecanismos disuasorios que funcionan a través de electricidad en los lugares más significativos. Los últimos, en la iglesia de San Salvador o en la Torre de Santa María, donde, la inversión ha superado los 10.000 euros. “Es un mecanismo muy efectivo pero su coste es elevado y no lo podemos acometer en todos los casos, es insostenible sin el apoyo de otras Administraciones”, explica Guilleme. “Los vecinos nos piden ayuda pero el Consistorio también tiene sus limitaciones”, añade.Una situación similar con las palomas

No solo las cigüeñas causan molestias a los habitantes, también una plaga de palomas que los vecinos tachan de “insufrible”. Para atajar el problema desde el consistorio han realizado numerosas actuaciones: capturas controladas con jaulas o la instalación de sistemas para controlar la reproducción son algunos de ellas. Pero también son innumerables las acciones de limpieza y reparación continua de tejados, sumideros, canaleras y bajantes obstruidas en colegios y edificios municipales.


Los particulares, a través de las comunidades de vecinos, también “están realizando inversiones de hasta 7.000 euros en algunos casos para instalar mallas o redes en los tejados o en los balcones”, cuentan desde el consistorio cincovillés.El Ayuntamiento solicitó colaboración a la DGA

Ante esta situación, el Ayuntamiento exige al Gobierno de Aragón que “tome las medidas necesarias para controlar estas aves” e “instalen los mecanismos necesarios en los edificios de su titularidad”. Es el caso del edificio del SILO, el antiguo almacén del SGMPA. Allí han llegado a contabilizar al menos 20 parejas de cigüeñas que no están dispuestas a cambiar de ubicación.


“Es un edificio catalogado de interés arquitectónico y en desuso en la actualidad. Su titular es la comunidad y exigimos una actuación urgente”, insiste Guilleme. El objetivo es erradicar un problema dicen, “de seguridad y de salud pública”, dada la suciedad que generan en el entorno estas especies.


Además solicitan también ayudas económicas para el Ayuntamiento y los particulares que sufren las “graves consecuencias” de estas plagas.


El Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (NAGA) recibe al año un centenar de peticiones de municipios aragoneses para retirar nidos de cigüeñas. Estos son trasladados puntualmente a plataformas artificiales cuando estos suponen riesgos para los vecinos. Pero siempre protegiéndola, ya que es un ave catalogada como especie amenazada de Aragón.

Son numerosos los municipios que tienen que lidiar con este problema

Otras localidades aragonesas también sufren el mismo problema. El caso más cercano se encuentra en Barbastro, donde habían anidado en la torre del campanario de la catedral.


La Diócesis se vio obligada a suspender las visitas turísticas al monumento por el riesgo de caída de los nidos debido al peso. Una situación que se repite también en localidades como Calatayud. Allí el año pasado se retiraron cuatro nidos que pesaban en total unos 700 kilos.