La Junta impulsará centros recolectores para avalar el origen legal de las setas

Ejercerán una labor de "intermediación" entre consumidores y velarán por la trazabilidad del producto a través de un sistema de control con un libro de registro.

El nuevo decreto micológico de la Junta introducirá novedades en el sistema de compraventa.
El nuevo decreto micológico de la Junta introducirá novedades en el sistema de compraventa.
Luis Ángel Tejedor

No serán personas físicas ni se les llamará oficialmente intermediarios, término que utilizó el martes el consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, en el pleno de las Cortes. La Junta tratará de frenar la economía sumergida en el sector micológico a través de "centros recolectores". Este es, al menos, el término que aparece en el borrador del decreto en el que trabaja actualmente. Estos centros realizarán labores de intermediación entre recolectores y consumidores. Se definen como "cualquier entidad que desarrolle la actividad de acopio de setas silvestres para su comercialización", ya sean recogidas por personal dependiente de ellas o bien por parte de terceros a los que el centro adquiera dicha mercancía.


El Ejecutivo confirma que estarán sujetos a una serie de obligaciones. Entre ellas, "garantizar el cumplimiento del artículo 3 del Real Decreto 30/2009, de 16 de enero, así como del Real Decreto 9/2015, de 16 de enero, por el que se regulan las condiciones de aplicación de la normativa comunitaria en materia de higiene en la producción primaria agrícola". También "estar inscritos en los registros en materia agroalimentaria que les sean de aplicación, y en concreto en el Registro General de la Producción Agrícola". Se les exige, asimismo, "establecer un sistema de control" y que mantengan actualizado un libro de registro de mercancías "que garantice el origen legal y la trazabilidad de las mismas". La última obligación pasa por "disponer de sistemas y medios adecuados para la conservación de las setas durante el tiempo previsto de acopio", de acuerdo con los "requisitos de higiene alimentaria".


Fidel Soria, presidente de la UGAM ‘Montes de Soria’, cree que el proceso "tendrá que controlarse bastante". "No sé qué intención tendrá la Junta", admitió. La agrupación espera verse pronto con el Ejecutivo. Fuentes de Medio Ambiente confirmaron a HERALDO que la reunión se producirá "en las próximas semanas". Las mismas fuentes señalaron que habrá contactos "con diversos sectores afectados por el futuro decreto". Soria reconoció ser partidario de las lonjas, aunque esto "no quiere decir que los centros recolectores" vayan a ser una peor solución. Lo importante es "no perjudicar al recolector". "A ver qué nos dicen cuando nos llamen", afirmó.


Para Yolanda Santos, presidenta de Asohtur, estos centros legalizarán "lo ya existente". El colectivo insiste en que la lonja es "imprescindible". Para ella, este sería el modo adecuado de garantizar la trazabilidad y dar valor al producto. Santos recordó que Soria no persigue una lonja con carácter industrial o de transformación. El problema es que, hasta la fecha, nadie ha aportado argumentos de peso que justifiquen por qué no se ha apostado por este modelo. Todo lo demás, a su parecer, es "marear la perdiz".


Una lonja aportaría "transparencia", ya que las setas se venderían "a precio de mercado". "Se vería quién compra y quién vende", razonó. Pese a que "no todo el mundo sabe", Soria tiene "gente capacitada". Ella no duda de las buenas intenciones de la Junta, de que "se quieren hacer las cosas cada vez mejor". Insiste, sin embargo, en crear una lonja. Así lo comunicará en Valladolid en caso de que el Ejecutivo llame a Asohtur. Los beneficios a nivel turístico y medioambiental, en su opinión, serían numerosos.

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