La fiebre de las gafas de sol de madera, un camino para emprender

Tres jóvenes zaragozanos crearon en marzo una empresa de diseño y venta ‘online’ centrada en este tipo de lentes.

Sergi Bargo y Pedro Parroqué muestran parte de las gafas de madera que comercializan
La fiebre de las gafas de sol de madera, un camino para emprender
P. S.

Pueden ser un ejemplo más de jóvenes emprendedores en la ciudad, pero su idea de negocio es muy concreta, pues encontraron en el auge de las gafas de sol de madera el camino para emprender y crear su propia empresa.


“Llevábamos bastante tiempo dándole vueltas al hecho de emprender”, cuentan Sergi Bargo y Guillermo Juan. En el universo de los blogs, sobre gastronomía gourmet, en el sector de las apuestas… Tras muchas ideas y algún experimento individual de por medio, un día apareció la inspiración.

“A Guillermo le encantan las gafas y siempre estaba mirando nuevos modelos. De repente, un día me propuso desarrollar una tienda ‘online’ de este producto, pero centrándonos en un material, la madera, y la idea me encantó”, recuerda Sergi. A pesar del reparo inicial y de las dificultades que percibían al tener que competir con otras empresas ya establecidas, se propusieron repetir el éxito de otra conocida ‘startup’ alicantina y, tras estudiar detenidamente el sector y los pasos que debían dar, se lanzaron a convertir en real su primer proyecto empresarial. Tenían claro que las gafas de sol fabricadas íntegramente con madera natural iban a encontrar su hueco en el mercado y a establecerse.


En marzo, constituyeron una sociedad con el nombre de ‘Kdoows’, dándole al vuelta a la palabra bosque en inglés, y otro joven zaragozano, Pedro Parroqué –licenciado en Administración y Dirección de Empresas, al igual que Bargo- se sumó a la aventura. Eligieron este material, además de por la fiebre de la tendencia, porque encontraron “mucha menos” competencia a nivel local. “Conocemos algunas marcas que trabajan con madera, pero suelen combinarla con plástico y no poseen la variedad que nosotros ofrecemos”, explica Parroqué. Hasta ahora, han creado nueve modelos diferentes de este tipo de lentes.


Las distribuidoras, cuentan, les ofrecían una serie de modelos ya establecidos, pero ellos no solo querían comprar la gafa, sino participar en su diseño. “Adaptamos modelos clásicos y estándares, si bien la mayoría parten de ideas propias”, relatan. El reglaje, la combinación de colores de la lente, el tamaño y las formas son los aspectos que más modifican en su proceso creativo, para el que bucean en catálogos, analizan a sus competidores y adaptan ideas. “Trabajamos con varias empresas fabricantes extranjeras. Queríamos calidad en las lentes y, por eso, apostamos por gafas confeccionadas a mano que poseen sus certificados de calidad”, defiende Pedro.


Casi la mitad de su colección está elaborada con bambú por ser uno de los materiales más resistentes, mientras que el resto, con madera de arce y zebrano. “Tanto las de bambú como las de zebrano son de madera reciclada. Además de apostar por el material natural y no por la imitación, buscamos la sostenibilidad, pues el público tiene muy en cuenta los términos de responsabilidad y conciencia medioambiental”, valora Bargo.Un aumento del 30% en las ventas

En sus casi nueve meses de recorrido empresarial, estos jóvenes emprendedores ya han podido experimentar momentos antes inimaginables como el ver a varias personas llevando algunas de sus gafas por las calles de la ciudad. “Es realmente muy bonito el poder contemplar y tocar tu propio producto”, reconocen. Tampoco olvidan su primera venta, que tuvo lugar en el mercado de Las Armas de Zaragoza.


En primavera, comenzaron comercializando en torno a una docena de unidades al mes y desde la puesta en marcha del proyecto, sus promotores aseguran que la cifra de ventas se ha incrementado aproximadamente en un 30%. “Hemos podido obtener beneficios pero todo lo que ingresamos, lo volvemos a invertir en el negocio”, cuentan. Así, a raíz de esa buena aceptación que confirman, han realizado una “fuerte” reinversión que se ha traducido en un último pedido de fabricación de más de 500 unidades.


El cliente al que intentan conquistar tiene entre 30 y 45 años, aunque su producto está teniendo una mejor acogida entre el público femenino. Es por eso que su reciente ampliación de cartera en esta materia la han enfocado a las mujeres. En su opinión, “a pesar de la diferencia en cuanto a calidad con otro tipo de lentes, sigue dominando la estética: el comprador quizá no le da tanta importancia a cualidades como la resistencia o la durabilidad, sino que quiere que se aprecie que sus gafas son de madera”.Investigando otras líneas

Sergi, Guillermo y Pedro tienen claro que este tipo de gafa, a pesar de ser una gama cada vez más común, “también forma parte, al fin y al cabo, de una moda”. Para cuando su fiebre aminore, ya investigan nuevas líneas y quieren estar preparados: un ejemplo es la nueva colección de gafas elaboradas con metal y plástico que han estrenado en noviembre con el objetivo de acercarse también a un cliente más joven. “No queremos quedarnos estancados”, repiten.


Por el momento, la mayoría de sus ventas se concentran en la capital aragonesa, aunque han llegado a recibir pedidos desde Burgos o Cataluña. “Nos ayudan mucho las ferias de comercio, el boca a boca y las redes sociales”, cuenta Parroqué, quien subraya que también han participado en varios mercados de diseño en Madrid. Su próximo paso quieren darlo en varias tiendas físicas de la ciudad, donde tienen intención de comercializar parte de su género: “Nos gustaría consolidarnos a medio plazo como comercio ‘online’ y ser un referente en este sector”.

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