La crisis del mueble destruye un millar de empleos en el sector de Soria en ocho años

Desde 2008 se han presentado más de 70 expedientes de regulación que han afectado al 80% de los empleos.

Alumnos en un taller de la madera en el centro de FP Pico Frentes
Alumnos en un taller de la madera en el centro de FP Pico Frentes
Mariano Castejón

El sector de la madera y el mueble en la provincia fue en otra época uno de los motores clave en la economía soriana. El Mueble de Soria era conocido y valorado en todo el territorio nacional por su calidad y ocupó su lugar de honor. Pero poco a poco empezó la importación de producto del exterior y cada vez se fue haciendo más hueco en el mercado hasta que las empresas sorianas quedaron inmersas en su propia crisis, una crisis estructural, a la que se sumó después la contracción económica general que de poca ayuda sirvió. El azote de la construcción dio el varapalo definitivo al mueble, cuya facturación cayó más de un 70% y se cerró una de cada tres fábricas. Las que quedaron, estaban muy tocadas pero no hundidas, con más del 50% de despidos, y gracias a que la mayoría eran cooperativas, de modo que los socios asumieron la situación.

Pero la sangría ha continuado. Desde 2008 y hasta la fecha se han presentado 73 Expedientes de Regulación de Empleo en el sector de la madera y el mueble que arrastraron al paro a 1.034 trabajadores, el 80% del total de los puestos de trabajo que generaban estas empresas, casi 1.300 empleo, según reflejan las estadísticas facilitadas a este periódico por la Delegación Territorial de la Junta en Soria. El último fue en diciembre de 2016.

El varapalo se lo ha llevado sobre todo la comarca de Pinares. Y Almazán, donde el sector del mueble también estaba instalado. Según el alcalde de Covaleda, José Antonio de Miguel, "en la zona han desaparecido más del 80% de las empresas dedicadas a la madera y el mueble, pese a que la mayoría eran cooperativas de socios y han intentado hasta el final aguantar el tipo como han podido". A este respecto, señala que "se han perdido más de 600 puestos de trabajo de gente que se ha visto obligada a buscar empleo en otro sector antes que abandonar la comarca, si bien muchos se han acabado yendo".

Lamenta sobre todo "el abandono institucional. Es el enfado que tienen los empresarios que han tenido que cerrar por falta de ayuda de las administraciones, que sólo se han dedicado a apoyar a una empresa, mientras que al resto, que funcionaba en régimen de cooperativistas y de pequeños autónomos, les han dejado de lado". Para él lo malo no es sólo eso, sino que "una vez que se cierra una empresa en el medio rural es muy difícil que se vuelva a abrir, y es mano de obra que se va de los pueblos para no volver".

Pero lo cierto es que sí que ha habido apoyo institucional. Cesefor nació al amparo de la Junta para la promoción forestal y de su industria, y desde el principio se implicó con el mueble a través de la empresa tractora, Tractomueble, con el objetivo de potenciar el sector soriano de la madera, que se presentaba resaltando la calidad y el origen de su producto, y que abarcaba tanto la primera como la segunda transformación. Se presentó a la convocatoria de ayudas a la reindustrialización en 2010, 2011 y 2012, y en 20213 por falta de aportaciones públicas se vio obligada a desaparecer. Y hace dos años surgió la Asociación Talea, que aglutinó entonces a doce empresas (en la actualidad son ocho) con el fin de mejorar la competitividad del sector. Desde entonces cuenta con la ayuda de la Diputación de Soria para reorientar sus productos. Todo para recuperar un sector agonizante y que sirva para mantener la población.

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