Javier Moreno: "En España se ponen demasiadas cargas sobre la familia"

Científico en el Instituto de Políticas y Bienes Públicos del CSIC, Moreno ha participado en Jaca en un curso de la Universidad de Zaragoza sobre estado del bienestar y desigualdad.

Javier Moreno, días atrás en Zaragoza.
Javier Moreno: "En España se ponen demasiadas cargas sobre la familia"
Aránzazu Navarro

¿Cuál es el estado del Estado del bienestar en España?

Debilitado... y desenfocado. Sigue protegiendo, y a algunos colectivos muy bien, pero luego hay otros muy mal cubiertos, como los desempleados de larga duración o los jóvenes y niños.

Aunque se destaca el papel protector de la familia en España, eso también tiene otras consecuencias. ¿Delega el Estado delega parte de sus responsabilidades?

Esa es una de las particularidades del sistema de bienestar español: un carácter muy familista. El problema es que sobre la familia se ponen demasiadas cargas, que a veces no puede llegar a atender. Además, la familia ya no es lo que era, ni en su estructura, solidez y capacidad de responder a los retos, ni en su propia composición. La ley de dependencia fue un intento de responder a una realidad: la familia ya no puede proteger del mismo modo a los dependientes. Pero llegó la crisis y la ley quedó debilitada.

¿Nos hemos adaptado a la rápida incorporación de la mujer al mercado laboral?

No. De nuevo, la realidad social ha cambiado mucho y el Estado no se ha adaptado a ello. Los gobernantes deben darse cuenta de que tenemos un problema demográfico muy serio.

¿Qué medida cree prioritaria?

Lo más urgente es garantizar unos ingresos mínimos a familias en situación de vulnerabilidad, especialmente con niños. Algo que fortalezca las políticas que existen, muy parciales y segmentadas, como las rentas mínimas de inserción de las autonomías. La mayoría de los países europeos ya tienen un programa que podríamos llamar de mínimos. En España es muy pequeño e incompleto; necesitamos desplegar una malla mínima de seguridad que garantice unos ingresos.

Con un gasto social por debajo de la media europea, según Eurostat, ¿le parece bien bajar el IRPF?

Cualquiera que enfoque el asunto de la política fiscal en España debe asumir que no se pueden bajar impuestos; entre otras razones, porque ya los tenemos varios puntos por debajo de la media de la UE. Es perfectamente comprensible: los impuestos permiten hacer funcionar la máquina del Estado, que es lo que intenta lograr el bien común y el impulso de las inversiones que nos harán más competitivos. La rebaja de impuestos es lo último en lo que deberíamos pensar; antes debería estar la lucha contra el fraude, la eliminación de agujeros fiscales, ajustes en el impuesto de sociedades...

Usted ha alertado del alarmante aumento de la desigualdad en España en los últimos años.

En España, el mercado ha estado generando desigualdad a mucha más velocidad que en otros países, y eso tiene que ver con el paro, con la baja calidad del empleo creado y con la débil capacidad del Estado del bienestar para reducir esas desigualdades. Nuestro sistema es de los menos redistributivos que existen:el Estado interviene muy poco para proteger a los grupos más vulnerables. Esto nos coloca en una de las situaciones más extremas dentro de los países de la OCDE.

Tradicionalmente se piensa que los inmigrantes en España detraen más recursos de los que aportan. ¿Lo avalan los estudios?

Es todo lo contrario. Los inmigrantes, durante los primeros años de su llegada, son en general jóvenes en edad de trabajar. En esos años, contribuyen varias veces más de lo que consumen en términos de servicios públicos. Incluso los indocumentados, que no pagan Seguridad Social ni IRPF, sí sustentan el IVA. Y las personas de los escalones económicamente más bajos son las que más pagan en impuestos indirectos, proporcionalmente a sus ingresos. ¿Por qué? Porque casi todo lo que tienen se lo gastan.

En materia laboral, las nuevas tecnologías se ven con pavor.

Creo que no hay que caer en el alarmismo. Lo que sí observamos es una precarización muy fuerte del mercado laboral; la ‘uberización’. ¿Qué necesitamos? Un Estado regulador, que proteja a los trabajadores. Debemos asegurarnos de que no caminamos hacia una depauperización del empleado. El Estado nación quizás ya no sea capaz de responder a esto, pero por fortuna nos hemos dado un sistema de integración socioeconómico y político, como es la Unión Europea, que sí que tiene la capacidad de poner límites.

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