LA CARRERA HACIA LA CASA BLANCA

Veintidós estados eligen a sus representantes en el Super Martes más concurrido de los últimos años

Clinton y Obama llegan casi empatados mientras McCain podría terminar de consolidarse como el gran candidato republicano.

Los demócratas Hillary Clinton y Barack Obama; y los republicanos John McCain y Mitt Romney son ya los únicos prenominados a la Casa Blanca con posibilidades reales de sobrevivir al infernal Super Martes que tendrá lugar el próximo día 5 de febrero, el día en que 22 estados norteamericanos --incluyendo la Samoa americana y los Demócratas en el extranjero-- votarán a los delegados demócratas y republicanos que participarán en las Convenciones de verano donde se elegirán a los dos candidatos definitivos a la presidencia.


Después de que John Edwards y Rudy Giuliani abandonaran esta semana la carrera, y ante los rumores de la previsible eliminación de Mike Huckabee en algún momento de la semana que viene, los cuatro candidatos restantes se preparan para un día en el resultarán elegidos el 41 por ciento de los delegados republicanos y el 52 por ciento de los demócratas.


Para hacerse una idea de la importancia de este día, se puede decir que sumando las conocidas primarias de Iowa, Hew Hampshire, Nevada o Denver, no se ha elegido ni el uno por ciento de los representantes, si bien han servido para cribar los candidatos y medir el pulso de los respectivos partidos y de la opinión pública.


Procesos y penalizaciones

A lo largo del día 5, casi dos docenas de estados eligen a los delegados a través de dos sistemas, bien a través de elecciones primarias o bien mediante caucuses, -encuentros de caracter local o vecinal, donde el diálogo político es mucho más fluído-. Primarias o caucuses, el resultado es el mismo: un número determinado de delegados resulta elegido por cada estado para desplazarse a las Convenciones finales de cada partido (la demócrata se celebra a partir del 4 de agosto en Denver; mientras que los republicanos se reúnen desde el 1 de septiembre en Mineapolis), donde los representantes terminarán eligiendo al candidato presidencial.


El hecho de que tantos estados hayan decidido convocar la eleccion de sus delegados en el mismo día tiene sus ventajas. Básicamente, los candidatos se van a gastar ingentes cantidades de dinero en ellos, y más aún este año que se ha batido una cifra récord de participación, con toda la atención de los medios centrada en los resultados del día 5: un Super Martes que entró en el vocabulario político en 1988 y que ahora se conoce también como el Martes del Tsunami por el gran número de estados participantes.


Es más, muchos estados con ganas de recibir fondos adicionales han intentado convocar sus respectivas elecciones antes del Super Martes --momento en el que la carrera a la presidencia pierde gran parte de su interés-- lo que ha provocado duras sanciones por parte de los respecivos Comités Nacionales demócrata y republicano: los delegados demócratas de Michigan y Florida no podrán participar en la gran convención de agosto. Por su parte, la mitad de los representantes republicanos de Wyoming, New Hampshire, Carolina del Sur, Florida, y Michigan tendrán prohibido el acceso a su respectiva convención.


Principio de incertidumbre

A pesar de que el Super Martes terminará decidiendo de una vez por todas qué candidatos logran aguantar el tirón de cara a las nominaciones finales, muchos analistas coinciden en que la votación no terminará otorgando la victoria definitiva a ningún contendiente demócrata, en contra de lo que aventuraba la senadora Clinton a principios de enero, cuando afirmó que "la nominación demócrata estará cerrada para la medianoche del 5, hora del oeste".


"El Super Martes es más como el peor momento de una maratón, en en lugar de ser el final de la carrera. Sirve para saber quién va por delante a mitad de camino", afirmó a la cadena NBC el analista político Stu Rothenberg. Las propias reglas electorales demócratas, recordó el analista, permiten que Barack Obama y Hillary Clinton puedan seguir teniendo su oportunidad después del día 5, siempre que ganen los delegados suficientes.


De cara al martes, los analistas recomiendan prestar especial atención a la incidencia del voto hispano en estados como California, Nueva York, New Jersey o Nuevo México. Clinton parte con ventaja en este sentido gracias a la labor realizada por su marido en favor del sector hispano -- el ex presidente Bill Clinton otorgó trabajo a la comunidad latina en cientos de puestos federales-- y la senadora ha prometido continuar esa tendencia.


Si Obama termina fracasando entre la comunidad hispana, será por lo que ha tardado en reconocerlos como votantes potenciales. "Uno de los grandes misterios de esta increíble campaña de Obama ha sido su compromiso tardío con esta gente", explicó el presidente del grupo de estudios NDN, Simon Rosenberg, a 'USA Today'. "Hasta hace unas semanas era difícil determinar, incluso, si Obama había realizado algún esfuerzo" para ganarse a la comunidad hispana, añadió.


"El ganador se lo lleva todo"


En el caso de los republicanos, el Super Martes sí que puede ser definitivo para John McCain. Según apuntan los analistas Robert Novak y Timothy P. Carney, las victorias consecutivas del senador por Arizona en Carolina del Sur y Florida le han llevado a convertirse en el principal candidato republicano a la presidencia, por delante de Mitt Romney.


McCain "lo tiene todo a su favor", apuntaron los expertos, sobre todo en los estados más poblados. Además, en el Super Martes no habrá medallas para el segundo clasificado: siguiendo las reglas del partido Republicano, "el ganador se lo lleva todo", según los analistas, el triunfador se lleva todos los delegados del distrito en el que gane, dejando a su rival con la mínima representación posible.


Así, los líderes republicanos todavía no están seguros de a qué demócrata preferirían enfrentarse en las elecciones de noviembre, aunque la gran mayoría de ellos ve a Clinton como un enemigo mucho más débil. No existe tal diferencia de opinión entre los demócratas: McCain, con el respaldo ahora de Giuliani, y con los siete millones de dólares recaudados en enero para seguir financiando su campaña, es el enemigo a batir.


Problemas


El Super Martes, no obstante, cuenta con sus detractores. Primero, por los problemas de gestión que supone convocar caucuses o primarias en 24 estados a la vez. Por ejemplo, el mal tiempo en el norte, los abrumadores índices de participación que se esperan en algunos estados, la falta de encargados en las mesas (algunos de los cuales son de edad muy avanzada), o los numerosos recuentos que podrían tener lugar si el resultado es lo suficientemente ajustado como para que se exija una revisión de los mismos. California es el mejor ejemplo de lo que podría fallar el próximo día 5, mientras que las autoridades ya han advertido de que habrá un "enorme retraso" en los resultados.


Según la Asociación de Condados de California (CSAC, por sus siglas en inglés), el retraso se deberá a las medidas adoptadas por la Secretaría de Estado e implantadas el pasado año, cuando se decidió "descodificar el sistema de votación electrónico" para gran parte de los estados, una tarea que ha requerido de cantidades enormes de personal. Incluso con los nuevos contratados "el proceso tardará mucho más este año", anunció Paul McIntosh, director ejecutivo de la CSAC.


La segunda es mucho más problemática ya que supone un déficit del proceso mismo: el gran número de candidatos alternativos que se quedan en el camino. Carentes de la financiación necesaria, el hecho de que las primarias se celebren tan pronto impide que el gran público se familiarice con sus nombres. Y los candidatos son incapaces de reforzar su campaña en tan poco tiempo. Por lo tanto, todo se reduce a los candidatos más conocidos o aquellos con el potencial económico suficiente como para promocionar su nombre desde el principio de la carrera.