Veinte personas, la mayoría ancianos, han muerto en el incendio de un autocar en una autopista cerca de Hanover (norte de Alemania), provocado al parecer por la imprudencia de un pasajero que había fumado en el lavabo.

Sólo sobrevivieron 12 pasajeros, que lograron bajar a tiempo del vehículo, según una portavoz policial. Tres fueron hospitalizados con quemaduras graves, según la edición electrónica del diario local 'Hannoversche Allgemeine Zeitung'.

"Aparentemente, un pasajero había encendido un cigarrillo durante una parada, poco tiempo antes del accidente, y no había apagado la colilla.

Poco después, salía humo de la cabina del lavabo", escribe el rotativo. "Cuando los pasajeros abrieron la puerta, surgió una llama en el habitáculo y en cuestión de segundos se incendió el autocar".

El conductor detuvo el vehículo rápidamente en el arcén, pero para la mayoría de los pasajeros, jubilados residentes en Hanover que regresaban de la región del Rur, era demasiado tarde.

Carbonizados, los cuerpos de ciertas víctimas eran difícilmente identificables, según un agente.

"Unos policías contaron que, vista la posición de numerosos cadáveres, se podía observar que habían intentando llegar desesperadamente a la salida", cuenta el periódico.

Este accidente es el más grave de un autocar desde hace 16 años en Alemania. El 6 de septiembre de 1992, 21 personas, también jubilados en su mayoría, perecieron cerca de Donaueschingen, en la Selva Negra, en la colisión de un autocar y un camión.