"Vamos a regresar a nuestras tierras, seguro"

Miles de palestinos recuerdan en Ramala la Naqba, el éxodo forzoso que afectó a 726.000 personas por la creación del Estado de Israel. Algunos desfilaron por las calles con las llaves de sus antiguas casas.

Los palestinos sacaron este jueves a pasear sus llaves. Las llaves viejas y herrumbrosas de las casas que tuvieron que dejar cuando la creación del Estado de Israel sobre el 78% de la tierra de la Palestina Histórica les condenó a un exilio forzoso, que les obligó a dispersarse por decenas de campos de refugiados repartidos a lo largo y ancho de medio Oriente Próximo. Unos fueron expulsados, otros huyeron ante la embestida de la guerra. Pero este jueves, cuando se cumplían exactamente 60 años del comienzo de la catástrofe -de la naqba, en lengua árabe-, todos, los expatriados y sus herederos, revivieron el luto de la dramática odisea colectiva. Las historias fatales de desposesión que pasan de generación en generación, como las llaves que simbolizan la esperanza del retorno.


"Vamos a regresar, seguro", proclamaba Halil con la llave en alto, enredada en un rosario musulmán, del que fuera el hogar de sus mayores en Haifa, hoy la segunda y próspera gran ciudad de Israel. Como él, la anciana Quetura, desfilaba pesarosa en la multitudinaria manifestación celebrada en Ramala, -desde la Muqata a la céntrica plaza de Al-Manar-, arrastrando su destino triste de niña deportada, seis décadas atrás, de la aldea de Ashbur, donde Israel se quedó con las tierras de labranza de su familia y ellos sólo con la llave. Que la vieja ha enmarcado sobre la tela ajedrezada de una kefiya palestina, y abraza con sentimiento. "No me queda mucho tiempo -se dice-, mi casa ya no existe, pero sueño con respirar de nuevo su aire... se lo debo a los míos".

Globos negros


Quetura vive desde 1948 en el campo de refugiados de Kalandia, situado entre Ramala y el muro de hormigón de Israel. Allí se soltaron parte de los 21.915 globos negros que los palestinos lanzaron al aire también desde Belén y Jerusalén Este, en recuerdo de los 21.915 días que han transcurrido desde el inicio de la Naqba. Muchos globos llevaban pegados mensajes infantiles -"espero algún día que los que se fueron puedan abrazarse con nosotros en un Estado libre y soberano", firmaba Ibrahim-, y la ilusión era que volaran en dirección a Israel. Pero el viento, siempre en contra de los palestinos, los alejaba rumbo a Jordania.


En Kalandia, con el muro guardando sus espaldas, los soldados judíos dispararon a mediodía contra jóvenes desarmados que se aproximaban. Que quede claro quién tiene las llaves de Israel.